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jueves, 30 de octubre de 2014

Miércoles 29.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Estella. Día muy entretenido. Al comenzar a rodar, dentro de una niebla espesa ante mi y dentro de mi cabeza me confundo de salida en una rotonda y termino entrando sin querer en el País Vasco. Nada grave, en los siguientes veinte minutos estoy de nuevo en La Rioja y ya en Navarra, de juntas que están las tres comunidades autónomas en este punto geográfico.

El camino hasta Estella es un subir y bajar, subir de nuevo y baja otra vez, así hasta hartarte, me detengo a ver la iglesia de El Santo Sepulcro en Torres del Río y allí me encuentro con Ana, rusa de Novosibirsk, de donde es mi amiga Irina, nos toca tirar del ingles ya que en mis 7 años de matrimonio con una esposa rusa solo aprendí una palabra por año. Viaja desde Barcelona a Santiago en su bici, con una cubierta de recambio sin que logre entender la razón de ese modo de proceder. Un café juntos, un rato de charla y cada mochuelo a su olivo, que vamos en direcciones opuestas.

Mas cuestas.

Llego a Estella y me dirijo lo primero al albergue. A comer que voy hambriento. Me siento fuera con Elena y un chico que viaja con ella y que no despega los labios en ningún momento, creo que es sueco, Elena del norte de Italia y rápidamente le pido información, ella también quiere hacer esa ruta y sabe de la misma menos que yo, le paso lo que tengo y me promete que tan pronto disponga de más me la hace llegar. Con ellos esta ¿Sandy, Terry?, o algo así. Habla español sin problemas, con un acento que no logro identificar, estudio filología hispana en Colorado USA y más tarde amplió estudios en Sevilla y Argentina, donde realmente aprendió a hablar nuestra lengua con un acento que realmente es muy personal.

Justo tras la comida me tropiezo con Luis, lo conocí en Melide, en el albergue donde ambos hicimos noche y resulta que es de Estella y primo de la hospitalera. Otro rato de charla.

Si hay un lugar donde tiene que estar un museo carlista este es Estella y por eso lo hay aquí con el incentivo de que los peregrinos tenemos la entrada gratis ya no tengo excusas y me paso la tarde allí dentro sin darme cuenta. Historia del partido tradicionalista desde sus orígenes a la sombra de otros partidos contrarrevolucionarios europeos por el siglo XVIII-XIX hasta el momento en que Franco lo disolvió al integrarlo en la falange y mandar a Fal Conde al exilio, dos guerras carlistas incluidas. Les pongo cara a personajes sobre los que he leído, muestra de unifomres donde puedo ver por vez primera un “detente”, oleos, documentos. De las tres salas que dispone el museo solo veo la de sus fondos permanentes sin darme tiempo a visitar una temporal más otra sala que trata sobre la historia del propio edificio. Dato, tres empleados toda una santa tarde para un solo visitante. Se lo tienen que hacer mirar que después dicen que no hay dineros para cultura y lo mismo es que se emplean en vete a saber que culturas.

El albergue, que no lo he dicho, tomado por asiáticos, algún japones, una de ellas se pone un kimono de seda tras la ducha, y unos 30 coreanos ya de edad que viajan arrastrando a sus retoños. A los jóvenes que voy viendo desde que coincido con el Camino los veo comer comida occidental pero estos de hoy, ya con cierta edad, cocinan platos asiáticos y los comen con palillos. La cocina tiene un bullicio increíble dentro de una densa humareda mientras las señoras mueven perolas y dan órdenes, sus maridos fuman en el patio ajenos a todo. Un joven pide un cigarrillo a uno de los mayores, ¿su padre?, y se lo agradece con inclinaciones de cuerpo mientras retrocede sin darle la espalda.


A la hora de cenar me siento con Hermenegilda,  vizcaína de 59 años que empezó a caminar hace pocos días. Se nota que estamos cerca de los comienzos del Camino, gente cargada de empuje y de ampollas en la misma medida. Pronto se van retirando a sus literas y solo tres jóvenes españoles apuran cenando la hora de silencio, a las 22:00.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Martes 28.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Logroño. Antes de entrar a la ciudad el Camino, por que hoy de nuevo he rodado por el, me lleva por un parque que a pocos kilómetros de la población rodea un embalse. Muy frecuentado por gentes del lugar me detengo en el y paso unas horas, disfrutando del día, del entorno y de las gentes con las que entablo alguna conversación. Estas comienzan al verme ir en “dirección contraria” y pretenderme corregir. Con eso paso media mañana entretenido y entro en Logroño casi a la hora de la comida.

Pronto localizo el albergue parroquial que no lo es tal, resulta ser una casa adosada a la iglesia donde reciben peregrinos, les dan aposento, ducha y comida. Soy el único hasta las 19:30 en que se presenta el segundo y último, ahora hablaremos de el.

La hospitalera esta sorda, no se si es religiosa o laica pero me da la impresión de lo primero, cosa que no indago por no hacerlo a gritos y enturbiar la paz del lugar que comparte edificio y puerta con otras dependencias parroquiales y solo edificio pero no puerta con Cáritas. La tarde la paso recorriendo la población, visito una exposición de un autor local que no recuerdo su nombre pero si su obra que me deja una grata impresión. Un hospitalero, este si que oye, comparte tareas con ella, me dice que ayer tenían a 15 peregrinos y le encanta cocinar para ellos. Al estar a esas horas yo solo me interroga por mis preferencias gastronómicas. Le confieso que desde que ando recorriendo tierras siempre estoy con hambre y engullo lo que me pongan y que preferencia ninguna, lo que tenga por ahí o nada, que yo viajo con comida y me da no se qué que se ponga a prepararme nada para mi solo. Al final queda en calentarme unas patatas riojanas, que nunca he probado antes, que le quedaron de ayer y hará, eso sí, una ensalada.

La casa parroquial esta adosada a la Iglesia de Santiago y me entero en una visita que allí fue párroco tras finalizar su seminario el ahora Santo Jose María Escriba, fundador del Opus Dei. Ya mencione creo los hábitos religiosos de mi padre, que escucho misa diaria desde que tengo uso de razón y hasta que el perdió la suya a causa de su enfermedad. En una ocasión siendo yo muy niño, 7 u 8 años, recuerdo un domingo en que le acompañé a una reunión de La Obra a la que el había sido invitado, por mi parte me aburrí como un ciprés y él me consta que no volvió.

Es a la hora convenida para la cena y a mi regreso cuando conozco a mi compañero de hospitalidad. Un argentino de nombre Gabriel, profesor de tango, baile, en Hong Kong, dice. Por lo disparatado que me resulta su empleo pudiera ser que hasta es cierto. Del resto de su historia no puedo decir lo mismo. Me confiesa que se alimenta de agua del mar principalmente y que hace este camino a Santiago por su proximidad al mar en vez del Camino Maya que era su intención inicial. Le pregunto si ya ha cenado en la playa de Logroño o se mantiene con lo que comió el otro día en la costa de Pamplona. En fin.

Cuando me suelta que el pertenece al universo y que desde que dejó en sus manos el destino de su pasos y que así todo le funciona mejor, caigo en su trampa y le respondo que al carecer de perspectivas difícilmente estas pueden ser frustradas. Caí. Desde ese momento un desparrame existencialista y metafísico me acompaña durante horas. Leo para que deje de hablarme, nada. Escribo y actualizo el blog, tampoco funciona, el habla y habla. Respondo correos con su murmullo de fondo, cansino. Finalmente decido adelantar mi hora de dormir confiando en que el desdichado no hable en sueños.

Como ya me sucedió en Burgos, me sorprendo gratamente al observar como esta capital disfruta de una hermosa convivencia entre trafico a motor y bicicletas. El uso que hacen de esta última sus ciudadanos es todo un ejemplo, disfrutando de zonas preferentes de circulación en alguna avenida, carriles, aparcamientos específicos, etc. Muy cerca del lugar donde me alojo esta el edificio donde nacieron los hermanos que sintetizaron el Wolframio o algo asíRápidamente me pongo a pensar en el papel que este metal jugó en la política franquista de la posguerra, durante la confrontación mundial, cosa que me esta rondando la cabeza estos días por no se que relato que leí sobre espías y Canfranc por donde pasaré próximamente.


Antes de despedirse la hospitalera sorda me pregunta que a que hora quiero salir mañana, por abrirme la cochera donde la bici pernocta, le digo que no muy temprano, no la quiero hacer madrugar ya que el desayuno lo dejan casi listo, a falta de hacer nosotros mismos el café, antes de irse por las noches. Quedamos a las 7:30. Al retirarme a dormir antes de lo que es habitual en mi y falto de sueño no dejo de pensar en el volumen de chismes que arrastra mi compañero de habitación que camina con dos mochilas, una inmensa a la espalda más otra algo más reducida en el pecho, me confeso durante la cena que ahora se desplaza con solo 20 kilos, tras desprenderse de gran parte de su equipaje que no imagino donde lo podría arrastrar. No solo vas conociendo gente diversa, muy diversa, también modos totalmente distintos de afrontar el Camino, en lo físico o espiritual. Este hace el Camino por poder alimentarse con agua de mar. Me acuerdo de Josevi, el psiquiatra que dejé ayer en Nájera y lo bien que se lo habría pasado hoy durante la cena con nosotros dos.

martes, 28 de octubre de 2014

Lunes 27.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Nájera. De nuevo ruedo poco, pero es que esto anda cargado de lugares dignos de ser visitados. No me he detenido apenas en Santo Domingo de la Calzada, ni desviado a San Millán donde se escribió el primer texto en español y que cuenta con dos conventos pero me resulta imposible ir más rápido con tanta cosa interesante por conocer. Me niego a pasar de largo esta población sin ver su claustro o una exposición que tienen sobre la restauración de patrimonio artístico en España.

Por la mañana la cadena hizo un sonido que me hizo recordar el nulo mantenimiento que le doy y tan pronto entro en la población pregunto y me dirijo hacia una tienda donde venden bicis en un polígono a la salida de la misma. Allí me venden y me explica como he de usar un lubricante para la cadena y me convenzo de la necesidad de usarlo con la debida diligencia y disciplina. Ya cumplido este trámite devoro mi comida en la puerta del albergue a espera de que lo abran. Aquí estos tienen precios más bajos que en Galícia y usando la cocina compenso lo que he de pagar en algunos, ya que esos días como más y mejor, aparte de la ducha que ya no pueden ser fías como en verano o el tema de lavar ropa que tampoco seca tan rápido en estas fechas. Cuando salga por Somport dejaré atrás los albergues por una larga temporada ante lo prohibitivo de los precios de estos tras cruzar la frontera y tendré que crear nuevas rutinas que aún no logro imaginar como serán pero que se intuyen frías, solitarias y oscuras.

Hans es uno de los hospitaleros y para mi que se tiene ganado el paraíso por hacer su trabajo entre dos arpías patrias ya entradas en años y que llevan su negocio como maestras de la posguerra. En total son tres bregando con un albergue que hacen funcionar con orden y pulcritud.

Josevi es un psiquiatra de Vitoria que comienza el camino ahora, no lo culminará ni lo pretende, es solo un primer contacto disfrutando de unos días que tiene y aficionado como es a la bici y amante del arte el si se detendrá en San Millán así como en Santo Domingo de la calzada sin importarle hasta donde logre llegar. El cena en un restaurante cercano y más tarde compartimos café escuchando a un viejo del lugar con amigos comunes en su lugar de origen y que nos amenaza con cantarnos unas jotas. En la mesa de al lado los dos primeros coreanos que veo en bici, uno con una fixie y unas piernas descomunales que me dan la explicación de como puede viajar con eso. Un californiano, otro más, este del Valle de Napa, cata vinos con devoción compartiendo mesa con un par de alemanes y un austriaco de aceptable castellano.


Converso un rato con una muchacha italiana recavando información útil para mi viaje, con sus pies doloridos y quemada por el sol que estos días hemos gozado. Terminada mi lectura quiero volver a La Biblia donde la dejé, matando cabras en cada frase por la menor razón, pero el bullicio se que no me dejará concentrarme ya que este es mucho y la parte por la que voy carente de argumento o atractivo requiere al menos paz o aburrimiento para retomar. 
Domingo 26.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Grañón. Son muchos los que me habían recomendado hacer noche aquí, más por el albergue que por que el pueblo tenga algo en especial que si lo tiene yo no lo encuentro. Pequeño y aburrido, sin nada de interés. Entro en el poco convencido de quedarme y a la entrada me sale uno del pueblo, Juanfran, antiguo peregrino que me da conversación. Su prima, o eso me pareció entender, lleva un albergue en la ermita de la Virgen del Carrascal y este fin de semana, ya hay muy pocos peregrinos, tiene hospedados a una banda de música de un pueblo cercano a Calatayud, ensayan su repertorio, una especie de concentración. El caso es que hoy a las 11 y como el tiempo es espléndido, piensan ensayar-interpretar al aire libre en una pradera que hay a la puerta de la ermita, que si me apetece escucharles. Pues si, y mucho, así que para allí me dirijo, dos pasodobles, una romanza que me gusta y no se el nombre y como colofón, y tras varios ensayos por partes, interpretan Juana de Arco que no les queda nada mal.

Tras el concierto matinal que escucho parcialmente como único público,  se me unirán dos madres cargadas de niños uno de los cuales se me sienta al lado y escucha formalmente una pieza cogiéndome de la mano, antes de marcharse me regala una hormiga, regreso al pueblo pues la ermita se encuentra algo apartada y me dijo a la iglesia, por detrás de la cual se entra al albergue que forma parte de esta.

Muros gruesos, desgastados por el tiempo, pulidos por las manos que durante siglos se han apoyado en ellos para subir por la angosta y oscura escalera para acceder a lo que fue la casa parroquial y que ahora alberga el hospital de peregrinos repartido en tres estancias, primera planta dormitorio, en la segunda han montado una cocina, el comedor y un acogedor estar con sillones en torno a una gran chimenea junto a la que descansa un piano desafinado. A la tercera planta no accedo cerrada como esta para los hospitaleros que son un matrimonio de californianos, San José, que no hablan una palabra de español.

El sitio me gusta y por la hora que se me hizo con el tema del concierto decido quedarme y la cosa comienza bien, no piden credencial, no cobran mas que el donativo que quieras dejar de forma anónima y con un atrevido texto sobre la caja abierta que reza: "toma lo que necesites, deja lo que puedas", no sellan tampoco credenciales, esto último es la primera vez que me sucede, y mientras como de mis cosas en el comedor la hospitalera me pone en la mesa un trozo de tarta para el postre.

El albergue se comienza a llenar, mucho peregrino para estas fechas y la visita de uno que fue voluntario aquí mismo este verano y que va a hacer noche mientras viaja de Pamplona a Burgos creo. Xavi. Esta a punto de decidirse a montar en Pamplona una panadería me cuenta pero le tienta tanto lo de hospitalero que por otro lado duda si montar su propio albergue, quedamos en escribirnos y contarnos, ya me iré enterando.

El anfitrión va preparando unas alubias para la cena, me muero de curiosidad de saber como será una fabada de californiana y de repente la cocina se revoluciona. Tenemos de peregrino lo que resulta ser un afamado chef en sus tierras, al menos algunos lo conocen que españoles solo somos tres y ni idea de quien es. Michael se llama la mole, grande, alto, con unos brazos como jamones y tatuados que se le ven al arremangarse y meterse en faena, dice que esta noche la cena es cosa suya. Prepara un par de ensaladas distintas, un plato de pasta que no como ya que lo hace para 4 vegetarianos que nos acompañan yo tomare la fabada exótica. Eso si, dos platos y tras meterme en el cuerpo otros dos platos de ensalada, uno de cada, para una de ellas sirve una salsa vinagreta. Pan, vino y postre. Me río de los menús que ofertan a los peregrinos, pedazo de cena.

Tras esta el hospitalero monta dos cadenas de limpieza con lo que todo queda en condiciones en breves minutos y de ahí nos invita a seguirlo por unas galerías. Accedemos a la cerrada iglesia que tiene iluminada especialmente para la ocasión con luces tenues, entramos por el coro y allí nos quedamos, lo tiene iluminado con velas y donde antaño estaban las partituras ahora hay en diversos idiomas unos papeles con salmos y oraciones para recitar cada uno en su lengua y a su aire. Es el servicio de completas que desde 1.977 los peregrinos que pernoctan allí realizan y en el que hoy voy a participar. Tras este y a modo de terapia de grupo cada cual dice lo que le venga en gana, de si mismo, del camino o a saber de que hablan que no logro enterarme de nada, pero a los que si se entienden se les ve en mayor o menor grado pero emocionados. Al terminar damos un paseo por el interior de la iglesia semioscura y a nuestro aire.

Un rato más tarde termino el libro que me dieron ayer y no se realmente que hacer con el. Supongo que tan pronto tenga un rato de aburrimiento tomare alguna nota, pocas, de lo útil que contenga y lo soltaré en el primer albergue que se preste a ello. Sin mediar palabra se dejan abiertas las ventanas de la estancia para que así permanezcan toda la noche en una sabia decisión tras la copiosa cena leguminosa, que a las alubias se le tienen que añadir los garbanzos que contenían una de las ensaladas y somos legión.

Conversamos Rafael, Xavi y yo hasta la hora de dormir y terminar así un agradable domingo de Camino.

En el albergue me he hecho con un par de calcetines que tendré que remendar mas unos pantalones polares interiores. Voy completando mi equipo de invierno con tiempo y ahora que puedo. No mencioné que con anterioridad me hice con unas sábanas de seda para el saco, desde que las uso las noches son otras, el placer de meterme en ellas y lo cómodo de poder lavarlas y mantener el saco limpio hace que pronto me acostumbrara a ellas. Altamente recomendables. Necesito unos pantalones, los que tengo largos para poder ir en la bici se me caen de grandes que son, los he de cambiar en algún sitio, tan pronto se me ofrezca la oportunidad.
Sábado 25.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Tosantos. Este es uno de los puntos donde me habían recomendado no dejar de pasar y a ser posible detenerme en su albergue y así lo hago, en el parroquial, donde te reciben como si fueras un hijo prodigo que regresas al hogar.

Me atiende Santi, es hospitalero desde hace 11 años, en otro albergue, y ahora que este cierra ayuda aquí unas semanas hasta que regrese a su Madrid natal, vendrá de nuevo en marzo cuando su albergue abra de nuevo. Tras las presentaciones e instalarme conozco a Pepe que anda por la cocina preparando algo, me invitan a comer y como un risoto con boletus increíble, lo aprendió a hacer en Italia y al decirle que voy para allí me sale con un libro publicado por el donde relata su peregrinación a Roma desde Burgos. Aquí a mi lado tengo ahora un ejemplar dedicado por el autor.

Van llegando más peregrinos, pero no seremos más que cuatro, y un hospitalero, Jose, que hace noche camino a Burgos donde retoma su peregrinación, también a Roma, que interrumpió hace semanas por un tema familiar ya felizmente solucionado. A ratos voy leyendo el libro en cuestión y si bien tras conocer al personaje que lo ha escrito no le pongo demasiadas expectativas a lo que me voy a encontrar me sorprende que es capaz de escribir casi tan mal como yo. A las horas ya no es una sospecha, es un convencimiento y no escribe tan mal como yo lo hago, me supera y con creces, el libro es un bodrio. Lo peor de todo es que la poca información que pensaba sacar de el se convierte en nula, nula para mi, por supuesto.

Hacemos una pequeña excursión para visitar una ermita, la totalidad de los peregrinos con una “guía” local, una señora que se presta a hacerlo con mas voluntad que aptitudes. La ermita está excavada en la roca, es rupestre. Lástima que ya no existan ni la vivienda del ermitaño ni las escuelas que durante años también eran parcialmente rupestres si bien la parte de construcción la tenían en madera y la carcoma de las mismas les aconsejo su demolición antes de que pudieran afectar al resto, que si la iglesia es de piedra no lo es el altar ni imágenes.

Cena en grupo, todos compartiendo una sopa de ajo soberbia, una ensalada y de postre una tarta que prepara el autor del librillo que en mi modesto parecer tiene más futuro entre fogones que con los papeles si bien cosas peores se ven publicadas por ahí con relativo éxito de ventas. Esta noche cambia la hora y mañana por fin podré salir, si así lo deseo, a la hora en que nos insisten dejemos los albergues y con luz.
Viernes 24.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Burgos. Día de alegrías y absurdos. Comencemos por lo que merece la pena ser recordado. Cuando a medio día, antes de entrar al albergue abro mi mochila y saco una bolsa. Horas antes, al despedirme con besos y abrazos de Marta en Tardajos esta me pregunto si quería algo para comer, ante mi negativa y su insistencia acepto un par de manzanas, las pone en una bolsa e introduce en la mochila donde normalmente llevo los alimentos en vez de en las alforjas. Regresamos a la hora de comer y abro la mochila, en un banco de los que hay a los pies de la catedral y a su alrededor, en la parte posterior y junto al albergue. Abro la bolsa y … un bocadillo preparado con ese pan de aceite que tanto me gusta y que ella sabe, una cerveza, un tomate con autoria de persona física que no jurídica, como los que la gente del pueblo le lleva al albergue para consumo de los peregrinos, exquisito, las dos manzanas que negociamos y para terminar de matarme tres gominolas de frutas. ¿Como describo en que estado me dejó esto?, por lo pronto una gran emoción y agradecimiento y sumar en el recuerdo que de ella conservo un detalle más, no se limito su hospitalidad el tiempo que pasé en su techo si no que la quiso extender, y lo logro, a una jornada más. Grande Marta. Las gominolas las comparto con dos coreanas que esperan la apertura del albergue. Que por cierto, empiezo a comprender el por que de esa invasión surcoreana por estas latitudes. Un libro tiene parte de culpa y del resto los créditos que en la universidad les conceden a los que lo hacen. A su regreso muchos hablan bien de la experiencia y sus amigos, familiares y demás les emulan haciendo que en este momento sean una parte nada despreciable de las gentes que lo recorren.

Las gestiones para lograr mi cartilla sanitaria europea han caído en la burocracia más absurda. Si hace unos años la obtuve sin mayor complicación, tan pronto la pedí que fue en Castellón y en el momento, ahora han decidido que te la envían a tu domicilio ¿que domicilio?, en el plazo de 10 días. Para cambiar de domicilio y poner en su lugar una lista de correos visito otra planta del edificio, otra cola y otro tiempo de dar explicaciones, me lo cambian, cuando me hacen la solicitud el cambio no sale y vuelta a comenzar. En este momento no saben ni ellos ni yo si tendré en Jaca mi tarjeta esperándome o no. Otra alternativa que se les ocurre es la solicitud de un certificado que por validez de dos meses se puede expedir, sencillo, me dan los datos para hacerlo por mi mismo, solo necesito tener un teléfono móvil. Que en este momento aún no me he decidido a activar por el coste del mismo. De nuevo mas derechos que al carecer de domicilio dejas de tener. Más servicios que por carecer de móvil no puedes acceder, lo que se suponía que podría ser una comodidad para muchos lo han convertido en un obstáculo para aquellos que carecen de el, pasando de ser una opción a un requisito para el disfrute de los mismos. Logramos de este modo excluir más si cave a los ya excluidos.

Por la tarde visito la catedral entrando a un culto, el único modo de hacerlo sin pagar peaje y en este se celebran los 15 años de una asociación familiar cristiana, con asistencia de autoridades, así lo dice uno de los 9 sacerdotes que lo ofician, tendrán que explicarle la diferencia entre poder y autoridad que si lo primero se te otorga por diversos modos lo segundo te lo tienes que ganar tu y dudo que esos señores disfruten de autoridad ante la gente por muy conservadora que sea la sociedad burgalesa, que lo es.

Cosa que me gusto de Burgos entre otras muchas es la cantidad de ciclistas urbanos que se ven en sus calles en una ciudad que se presta especialmente a ello por lo plana que es. Jóvenes y mayores sobre todo tipo de monturas se mueven de un lado a otro, si por la mañana me los crucé camino a la universidad por el día los veo ir a trabajar o de compras y por la noche más de un grupo de amigos con sus fixies saliendo a tomar unos vinos.

El albergue es una monstruosidad para almacenar peregrinos en diversas plantas, se descansa bien, pero no se presta a la interrelación entre ellos ni de ellos con los hospitaleros que son voluntarios. Una “cocina” carente de cocina no ayuda mucho, un simple microondas en un espacio sin menaje para 200 plazas, tan solo unos pocos hacemos uso de esas instalaciones, no más de 6 personas para cenar y los mismos en el desayuno.

El “profesional del Camino”, el portugués que durmió anoche en mi mismo albergue, salió esta mañana después de mi, a pie, pero eso no es inconveniente para que nada más llegar a Burgos y detenerme frente a su catedral, el ya estuviera allí, autobús supongo, que dudo que nadie le parara haciendo auto stop. Se pasa el día en un bar frente al albergue al que solo entra para ver que prendas puede usar de las que los peregrinos dejan u olvidan, tomando vinos que algunos peregrinos le van pagando a cambio de sus historias sobre sus 14 caminos de Santiago realizados y cosas así.
Jueves 23.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Tardajos. Pequeña población próxima a Burgos donde decido parar hoy, albergue pequeño, los prefiero, y de voluntarios, también los prefiero así.

Tan pronto llego me pongo a comer con mucho apetito, la hospitalera me dice que hasta la hora de la entrada no puedo pasar, ni lo necesito, pero si puedo hacer mi colada y ni lo dudo, con un sol fantástico que luce y una suave brisa que de seguro secan las prendas con rapidez como así sucede. La mañana fue fría al menos hasta la mitad de ella dando paso a continuación a un día muy caluroso. Esto ya viene sucediendo desde hace días, mañanas por debajo de los 10 grados y medios días rondando los 30. ¡Que siga así el tiempo que quiera!

Una vez abre el albergue ya espera un indigente que intenta hacer noche en el, carece de credencial por lo que la hospitalera no se lo puede permitir, pero Marta que así se llama la mujer, le prepara algo de comer con lo que tiene en la cocina y un poco que saco de mi mochila, el caso es que el hombre come hoy. Se ajusta al patrón de los que ya he tenido ocasión de conocer, historias con saltos donde mezclan realidad con fantasía, repeticiones, contradicciones, explicaciones que dan donde nadie se las pide e historias que nadie les puede creer. Tan pronto se marcha aparece el segundo, este si armado de su credencial y mucho más profesional que el primero.

Todo un profesional del Camino que vive, como siempre hay gente que han vivido, a la sombra de los caminos, de la gente del Camino. Portugués y con los brazos plagados de tatuajes carcelarios ha sido de todo, lo sabe todo, lo conoce todo y opina de todo. Se hace cansino y se le tolera como se puede.

En maldito momento opine en la cocina sobre la cena que al final me la adjudican y termino cocinando para los peregrinos y hospitalera. El que se comieran hasta la última miga de lo que preparé, con el hambre con que andan los caminantes, poco motivo de orgullo es. Somos pocos y hay muchas plazas, una pareja de canadienses ocupan solos una habitación, comenzaron su camino desde Arles y me pasan  el título de una guía,  la información la  voy ampliando cada vez más.

Con todos acostados, el portugués se dormía durante la cena y tras esta estando fumando de pie, me adueño del comedor y me quedo leyendo a placer mientras en el exterior la temperatura vuelve a caer en picado, me dice Marta que la pasada madrugada llegaron a un grado.

Mis planes para mañana son solucionar un par de cuestiones de la tarjeta sanitaria y recetas en Burgos en donde puedo estar temprano y hacer noche si quiero por lo amplio en plazas que es el albergue municipal, creo que llevado por la Asociación Madrileña de Amigos del Camino. Como al día siguiente dispondré de mi pensión, comprar unas botas que mantengan mis pies calientes y secos, que no se me salgan y dispongan de suela. Las botas que usé estos días las dejé en Castrojeriz cambiadas por unas zapatillas de deporte que no están nada mal para lo que son si bien me vienen grandes y no son botas cosa importante si hay barro. Compartiendo mis planes para el siguiente días con Marta esta desaparece en el interior de la casa y me sale con un par de botas, ligeras, Gorotex, suela Vibram y marca de renombre, nuevas, con apenas uso, me las pruebo y me quedan bien. No me lo puedo creer. Algo así no me lo podría haber permitido ni con los ahorros de dos meses. Dos meses de estrecheces sin fin y ni aún así podría soñar con poder comprar nada parecido. El Camino te ofrece lo que necesitas, la máxima se me cumple cada día, ¿como poder así dudar de ella?
Miércoles 22.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Castrojeriz. De nuevo hoy tengo la oportunidad de hacer mi camino por el Camino, sin pisar la carretera recorro la senda de los peregrinos con tan solo un tramo de especial complicación que se resuelve con un poco de paciencia y sudor. Los bosques hace tiempo que quedaron atrás, ahora el paisaje es una ondulada presencia en muchas ocasiones sin árboles ni sombra, fácil poder imaginar lo que supondrá cruzar estas tierras en pleno verano.

Entre las varias opciones para terminar la etapa de hoy me decido por Castrojeriz al suponerlo al pueblo con interés para visitar en la tarde y no me equivoco. Riqueza monumental para aburrir que conoceré en parte ya que al caer la tarde visito un monasterio de clarisas algo más apartado del pueblo y solo me dejo pendiente las ruinas de otro monasterio que, esas sí, me quedan ya muy apartadas. Monjas de clausura con un ritmo propio para hacer las cosas que puede desesperar, como le sucede al sacerdote que oficia para ellas, soy el único presente no perteneciente al convento aparte del cura, el servicio de vísperas. De tan lento que cantan los salmos que se pueden hacer eternos. Desde hace días disfruto de un estado de gracia, de paz espiritual o lo que sea que desconocía en mi vida y del que, aparte de tomar consciencia cosa que no siempre nos sucede, gozo. Vivo en algo parecido a la felicidad o igual la felicidad es esto. No recuerdo cuando disfruté de menor grado de ansiedad en décadas.

En el albergue los grupos de costumbre y los perfiles de peregrinos que ya conozco. Lo mismo decir de los hospitaleros que aquí son voluntarios. Manolo y Jose, este último vive en el pueblo pero ahora descansa mientras Manolo le hace el trabajo con ese fin. Al saber que rumbo llevo me pone en las manos información de lugares donde seré bien recibido en Italia conocedor como es el de la Via Francígena, los copio.

Compre una torta de pan de aceite, una vez la pruebo no puedo dejar de comerla, así sola, sin nada, por no saber con que puede comerse bien eso, hasta terminarla. Regreso a la tienda donde la compré tan pronto la probe para llevarme la otra media que dejé allí.

Un japones ronca junto a mi oreja toda la noche, cuando se detiene emprende una especie de cántico o así me lo parece y por ruidoso y molesto que sea el buen hombre termino vencido por el sueño con esa murga de fondo.
Sábado 18 al martes 21.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Virgen del Camino. El Burgo Ranero, Sahagún, Carrión de los Condes.

Deje atrás la provincia de León y ando ahora por la de Palencia, camino a Burgos. Los albergues se suceden, los pueblos, ciudades, gentes que conozco y con las que comparto mesa y techo, confidencias y anhelos, el Camino se presta en ocasiones a soltar las lenguas y te cuentan sus cosas. Procuro no opinar pero no soy disciplinado, en ocasiones muestro mi punto de vista para arrepentirme tan pronto soy consciente de ello. Por un lado la mayor parte de personas solo quieren que les escuchen, no que les respondan y por otro ¿quien soy yo para mostrar mi parecer sobre lo que me dicen?

En Virgen del Camino conocí a un cartagenero que ligaba con una gringa de Nueva Inglaterra, a un par de húngaros con lo que podo pude hablar, a otra murciana que camina con un portugués a su lado, el grupo de coreanos de costumbre, gente diversa y un matrimonio ya jubilado y en crisis de pareja, realmente el es insufrible y la compadezco. Me estoy alimentando bien estos días, ruedo bien y reposo bien, me siento mejor. Por la mañana visito León bien temprano, casi sin gente ni tránsito de coches. Si antes critique las señalizaciones de las ciudades para salir de ellas, queda León excluida de esas críticas, un lujo de información en cantidad y calidad.

Llego a Burgo Ranero, poco más que una aldea con un hermoso y acogedor albergue que llevan dos voluntarias, Gina y Silvana, congenio mejor con Gina desde el principio. Una construcción de adobe enlucida con barro y paja. La tienda del pueblo con precios sorprendentemente bajos y abierta en domingo. Allí los grupos ya llegan creados, muchos desde hace días y paso la tarde de lectura, con un tiempo casi caluroso. De nuevo rodé hoy sin mayor esfuerzo y el resfriado si bien sigue ahí parece que lo tengo bajo control. Por la mañana me quedo un rato ayudando con las camas a las hospitaleras, Gina me abraza en la puerta cuando sale a despedirme.

Ruedo poco, quería desde hace tiempo pasar el día en Sahagún y visitar sus lugares y lo tengo muy cerca de modo que tan pronto llego me instalo en el albergue situado en un antiguo convento del Cluny que comparte espacio con un auditorio. Es una sola sala pero con una disposición de literas que lo hace cómodo y poco claustrofóbico, supermercado y comida en el albergue.

Ya por la tarde la gente se va reuniendo en la mesa y se improvisan cenas que se comparten. Terminamos juntándonos tres mujeres que viajan juntas, australiana, neozelandesa y peruana, Cristina y Juan que viajan juntos, Lucas, un portugués, que nos prepara un delicioso postre a base de frutas y yogur, una joven madre alemana que viaja con su hijo de unos dos años en un cochecito preparado para hacer senderos, estos últimos duermen junto a mi y el niño, acostumbrado como esta a dormir de albergues ni lo escucho en toda la noche. Charla en la puerta hasta tarde, por no molestar a los que se acuestan pronto ya que este albergue cierra a las 23. A las 19:30 asistí con algún otro peregrino, que no están en mi mismo albergue, a un servicio en un convento de benedictinas, tienen en la capilla, en un sepulcro, los restos de Felipe VI, de León solo, no de España, junto a unas cuantas de sus 6 esposas. El servicio son salmos cantados, con mi sordera que aún perdura no me entero de lo que dicen, al menos en Samos disponía de un papel con la letra de los salmos cuando asistí a laudes. Tras el servicio, la madre del convento nos bendice a los peregrinos.

Ya por la mañana Cristina nos invita a un café a unos cuantos y desde ahí nos despedimos, Juan regresa a San Sebastián por León, Cristina continua ahora acompañada de la chica alemana y su niño.

Al entrar en la provincia de Palencia tomo conciencia de la carretera desierta, de los campos desiertos, de los pueblos o aldeas que cruzo desiertos. Silencio. Ruedo horas sin cruzarme con un solo coche por una carretera nacional. Un ocasional tractor a la entrada de un pueblo, una mujer que llama a una puerta y nada más, silencio.

Carrión de los Condes es la primera población a la que llego con algo más de vida. Conventos, muchos, de religiosas creo y es en uno de ellos donde me acomodo tras intentarlo en un primero también de religiosas y que estará cerrado por unos días me informa una hermana. Tras inscribirme en el albergue, con camas en vez de literas, me dirijo al supermercado por hacer algo de compra y a la salida del mismo coincido con Simona, peregrina italiana. Va sin mochila, pero las prendas de ropa que usamos, los andares cansados, todo forma parte de un “aire” imposible de confundir, nos identificamos tan pronto nos cruzamos en cualquier población sin mediar una palabra y en ocasiones tan solo nos saludamos con unas sonrisas, como sucede ahora, es más tarde en la cocina del albergue, mientras preparamos nuestras comidas cuando hablaremos por vez primera, al ofrecerme media lechuga que le sobra.

El caso es que pasamos juntos toda la tarde, de visita por el pueblo y a un monasterio benedictino que hay a la entrada del mismo, después iremos juntos a un servicio religioso con peregrinos realmente emotivo y que la lleva hasta la emoción. Cena compartida con una familia que hace el camino por años, según puede. Ella estudio letras en la universidad, sea esto lo que sea allí en Italia, pero se que comprende literatura entre otras cosas y pasamos parte de la tarde hablando de autores de allí y de aquí. Me da sus datos para cuando pase por San Remo le valla a ver.

sábado, 18 de octubre de 2014

Viernes 17.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Astorga. Llovió por la noche pero se detuvo antes de comenzar el día. Tras un desayuno con todos los peregrinos me demoro un poco parte por ayudar y parte por que fuera esta completamente oscuro y no se ve nada pero en el cielo si se dejan ver algunas estrellas augurando una mañana más despejada que las últimas.

Comienzo a subir lo que me resta en dirección a Foncebadón, con algunas cuestas realmente empinadas, a pie por no empaparme que después tendré una bajada de unos 27 kilómetros y lo último que quiero es tener que hacerla con las prendas mojadas. Poco antes de alcanzar el puerto sale el sol entre las nubes, se domina desde estas alturas casi todo el Bierzo estando a unos 1.550 metros, Ponferrada se ve ahí abajo de unas nubes que la coronan. En el pueblo que es realmente pequeño, en un bar tomo un café y converso con su dueña, si bien subí por la cara oeste sin excesivo viento, tan pronto comienzo a bajar, y el pueblo esta en la bajada, sopla con mucha intensidad, ella me dice que allí siempre es así, sople del norte, del sur o del este pero en el pueblo siempre tienen viento, que además hoy es frío supongo que por la altura. Desciendo con rapidez y ya a una cota más baja me voy aproximando a Astorga siguiendo las indicaciones para evitar rodeos, incluso me indico esta mujer como llegar al supermercado tan pronto entrara en la población en un alarde de claridad advirtiéndome de los precios de los supermercados que encontrare por esa zona antes de llegar a Astorga.

La población esta cargada de historia, que para eso lleva poblada desde épocas romanas y conserva construcciones de un amplio período histórico. Notables su catedral y su palacio episcopal, obra esta última inconclusa de Gaudí. El albergue es grande, que se le va a hacer pero logro no se como usar una habitación pequeña en la que al menos dispondré de más intimidad que en los grandes y masificados que son los que primero ocupan. Dispone de wifi y pongo al día correos y blog y leyendo en el vestíbulo conozco a Yu-Ko, japonesa que viaja por España desde hace 4 meses y enamorada del país del que procura aprender la lengua cosa que pronto lo lograra por como introduce con rapidez giros y expresiones recien aprendidos. Hablamos de literatura japonesa y de cocina española, cuando termine el Camino se marcha a Valencia para aprender a guisar arroces. Es farmacéutica en un hospital y ahora que termino su contrato anda por aquí hasta que se incorpore de nuevo en otro sitio. El resto de peregrinos es la consabida cumbre de Babel que tras su diáspora el Camino reúne cada día, gentes de todos los lugares y lenguas, un chico coreano que reside en California comparte mesa con sus paisanos en una cena que es una fiesta, 7 coreanos 7 botellas de vino, normal que rían como lo hacen.

Suenan cornetas y tambores, Yu-Ko se sorprende y pregunta, le explico que es una banda de los pasos de Semana Santa, que estará ensayando en su cofradía, que para eso hay dos pegadas al albergue, muestra curiosidad y nos acercamos a verlos, foto, otra foto y mira con detenimiento los pasos allí almacenados, la cofradía es del tiempo de Fernando VII que se dice pronto y su local reúne más ornamentos, imágenes y altares que muchas iglesias.

Ceno con una jubilada de Barcelona que dejó atrás a su hija preocupada por que iba a hacer sola el camino, ella le dijo “vete acostumbrándote” por que no piensa dejar de viajar mientras su cuerpo y economía se lo permita, se prepara tras la cena los bocadillos del almuerzo del día siguiente, que dice que a los 10 kilómetros siempre le da hambre. Con los dos bocadillos pequeños guarda unas mandarinas de postre. Una chica inglesa es invitada a cenar por una familia francesa, las uvas que pensaba usar de cena las ofrece a los que estamos junto a ella. Sin ser una cena como las de los albergues de voluntarios, que este albergue lo es pero de una asociación de Astorga, se le asemeja algo por el ambiente que se va creando, cosa más meritoria por la gran cantidad de peregrinos que acoje.

Por la tarde conocí a un ocioso del pueblo que a falta de otra cosa que hacer se planta en la puerta del albergue para explicar, mal, a la gente la historia de su ciudad y anécdotas. Lo poco que me dice es incorrecto, inexacto, superfluo o falso directamente. Se siente orgulloso de su ciudad y sus gentes y le gusta hablar de ello, pero aquí se reúnen suficientes méritos como para poder satisfacerlo sin caer en la charlatanería. Los días que pasé en Ponferrada, coincidía cada mañana con Manolo, un chico de allí que trabaja para el Camino, bueno para uno de los negocios del camino, una empresa que tiene una cafetería en Ponferrada, un albergue creo que en Sarria, servicio de transporte de mochilas, etc. Su labor es repartir publicidad a los peregrinos cada mañana, desde las 6, cuando salen a caminar y llevar a los que puede a la cafetería a desayunar, tarea sencilla teniendo en cuenta que: uno, no todos desayunan en el albergue, dos, la cafetería es la más próxima y tres, de noche, con frío y lloviendo nadie tiene ganas de tirarse a los caminos y la luz, un techo y el aroma de un café ha de ser lo más parecido a la idea que muchos tenemos de hogar, cosa muy valorada en esos momentos. Pues mientras hacía su trabajo cada día fuimos hablando de mil cosas sin que lo mencionara antes. Me hizo una foto para la web de su empresa el día que salí de allí, bueno dos.

Sigo poniéndome las dichosas gotas en los oídos con la esperanza de que ablanden esos tapones y creo que lentamente están haciendo parte de su labor. Tan pronto se gaste el dichoso aceite comenzaré con lo del agua oxigenada - destilada y a ver donde termina todo esto. La garganta sigue irritada y congestión nasal, pero parece que el tema no va a más y ya ando cansado de tanto médico y medicinas. Comienzo el Éxodo antes de dormir y le dedico un rato, no me deja de sorprender el interés ni la necesidad que tiene Dios de ir pactando cada momento cosas con unas gentes que pasaban de el hasta el culo y que no se distinguían precisamente por sus moralidades.

viernes, 17 de octubre de 2014

Jueves 16.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. El Acebo. Mañana inmisericorde la que veo desde la puerta del albergue de Ponferrada al salir. Me despido de algunos hospitaleros, que hoy dejan ellos el albergue al igual que yo y les doy las gracias por sus atenciones. Llueve a cantaros y el Camino me ha de llevar cuesta arriba al segundo puerto alto, Foncebadón, que junto a O Cebreiro forman las etapas mas duras. Dejando de un lado las de Roncesvalles o Somport para quien lo iniciaron por allí.

Tiene el empezar así el día aspectos en los que no dejo de reparar. Un techo, el techo que dejas atrás, por precario que este sea proporciona el refugio que has de abandonar cada día y eso hace que aprecies como nunca antes lo hiciste lo que supone un techo y lo que supone no tenerlo, por unas horas, diás o el tiempo en que cada cual este sin techo propio y ha de usar techos de prestado, arrendados o tomados. Se toma conciencia de cosas que cuando no se esta aquí carecen casi de valor.

La etapa por ser hacia arriba, un desnivel importante, más mi estado, más la lluvia, no me veo haciéndola de una vez y tengo pensado escalonarla, dejando solo un pequeño tramo para mañana y después bajar hasta Astorga y con esta idea la emprendo. A pie con la bici a mi lado a ratos o subido a ella cuando la lluvia amaina un poco o la pendiente así me lo permite. Mi compañero de cuarto decidió por su cuenta dejar abierta la ventana, ventana que daba sobre mi cama y mi garganta esta dolorida. Le dije de cerrarla y me contesto que si, lo hizo, pero para abrirla tan pronto me dormí. Fantástico. No puedes dejar de mirar las cosas, tan pronto te das la vuelta te la hacen, en la cocina el otro día me apagaron el fuego con el arroz a medio hacer, lo encendí de nuevo, tras haberse detenido la cocción, el resultado fue deplorable. Lo tomas como errores ajenos inevitables, mejor no pensar de otro modo además de inútil.

La subida se hace pesada, más por la lluvia que otra cosa y llego a El Acebo poco antes de que abran el albergue, he de esperar y las prendas están empapadas, otra fiesta para mi garganta irritada, si bien esa humedad la mantenía cálida con el movimiento, ahora con la espera se enfría, que si el día no es especialmente frío la altura a la que estoy hace que cálido no sea precisamente ya que El Acebo esta cerca de los 1.100 metros de altitud.

Tan pronto me abren el albergue corro a quitarme las prendas y meterme en una ducha caliente, las manos ateridas de frío, que llevan mojadas toda la mañana, bien por los guantes calados, bien por la humedad que retiene la gomaespuma del manillar. Tras la ducha una sopa caliente y busco en la biblioteca del albergue, que la tiene, algo para distraer la tarde, “La vida es sueño” y “El alcalde de Zalamea” serán mi entretenimiento, si bien me ofrecí de ayuda en el albergue y lo cumplo con tareas de la cena, junto a Ivana, una polaca que se hace cargo de la hoya mientras yo me ocupo del resto de tareas. La mesa queda bien puesta y el albergue se va llenando, al final se completan las 21 plazas de las que dispone. Una pareja, el de Játiva y ella genovesa me regalan una inmensa seta, una Macrolepiota, conocida como parasol o sombrilla, la almorzaré mañana a la primera oportunidad de tener una cocina a mi alcance, supongo que en Astorga ya que esta es de uso exclusivo de hospitaleros y no se pueden preparar alimentos para uso particular, solo los colectivos que el supervisa.

A medio día visitó el albergue el responsable de los mismos en la zona y me da su correo para que estemos en contacto, le he de escribir en cuanto pueda, por si puedo ser de alguna utilidad ahora o en un futuro y esto resulta compatible con el lugar en que me encuentre, que se vera.

Me gusta la dinámica de estos albergues, son pequeños, íntimos, familiares y la cena en común, el compartir alimentos y tareas hacen que se cree una atmósfera especial entre los peregrinos. El tener lectura ayuda, por supuesto, y una ventana desde la que observar el huracán de viento que sopla en el exterior y que solo calma cuando regresa la lluvia con más intensidad si cave que la que caía esta mañana. Es grato el saber que mañana no lloverá, hace ver esta de ahora con otros ojos sabiendo que no te moja ahora ni mañana lo hará. La cena la grava en vídeo una coreana que tras la cena la edita y pone música en un instante mostrando a continuación su apresurado pero artístico trabajo para diversión de todos. Unas manzanas de la comarca ponen fin a la cena.


El piso de arriba, donde los dormitorios, dispone de la calidez que da la madera en suelo y techos, los muros de piedra están fríos al tacto. Contento con haber roto el conjunto de factores que me retenían en Ponferrada y estar de nuevo en marcha me retiro satisfecho de la jornada a descansar. Para mañana le ofrecí mi ayuda al hospitalero siendo yo el único ciclista del albergue y retrasandome siempre en mi hora de ponerme en las carreteras por la falta de luz, para hacer tiempo en la puerta de un bar bajo su toldo mejor adelantarle alguna tarea de las muchas que tendrá que hacer. Me gusta este francés que lleva 7 años ya haciendo de voluntario para dos asociaciones, sumando de ese modo cada año dos períodos de voluntario. Un veterano del camino y de la hospitalidad que riega con vino de su propio bolsillo las cenas de los peregrinos y no deja de mostrar interés por todos y cada uno de ellos, una pregunta, un consejo, una sonrisa, con amable autoridad lleva su albergue con oficio y arte.
Miércoles 15.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Ponferrada V. Las expectativas que tenia puestas en estos días se han terminado de desvanecer. Regreso caminando bajo la lluvia desde el centro de salud de Cuatro Vientos hacia Ponferrada con el ánimo por los suelos en un día menos frió que los anteriores, si bien los que viven por aquí los veo con ropas de abrigo acostumbrados como están a este clima. Hoy llueve y las previsiones que ayer vi del tiempo dan lluvia también para mañana y pasado.

Los oídos los noto peor que antes de ir a que me los curaran, están dolidos y taponados, el izquierdo mucho más de lo que estaba. El dentista no me ha quitado la muela, dice que se puede recuperar por un lado, con un dinero que no tengo y por otro que si me la quita las piezas que tengo arriba sufrirán su falta con un deterioro que no me conviene, me convence y con eso me introduce en un estado que no se como afrontar, reunir el dinero para matar un nervio y solucionar un lugar donde poder hacerlo. Altera todos mis planes para los próximos meses introduciendo esta nueva cuestión con la que no contaba, pero los cambia no por otros planes, si no por un vacío de ellos, de ideas o de nada. Simplemente me siento desbordado, sin saber que hacer. Solo pienso en que al igual que en otras ocasiones el tiempo me ofrecerá posibles soluciones que ahora se me escapan, que no las veo. Eso en lo racional, que en lo emocional no me supone alivio y camino muy mal de ánimos de regreso al albergue donde dejé mis cosas.

Me ofrecen quedarme un día más y acepto, con la hora que es y la lluvia poco podría avanzar y carezco del empuje para enfrentarme a un día como el de hoy. Se que esto no será así mañana o pasado, en eso confío y en eso me apoyo procurando calmarme, pero en estos momentos es cuando más se acusa la soledad, el tener alguien a quien contar como te sientes y poder escuchar otros puntos de vista que los tuyos, viciados por tu desánimo. No se deben tomar decisiones ni en estado de euforia ni decaído, no son buenos, mejor esperar, me repito con unas recetas de más antibióticos en el bolsillo que me ha dado el dentista para el caso de una nueva infección. Lo del oído es otra cosa, en todos los días pasados, desde que comencé con el problema, no lo he tenido nunca tan mal como hoy. De hecho me he sacado yo por mi cuenta esta mañana más cera del tapón de la que me quito ayer el médico. Tenia hace años uno de cabecera que conocedor de mi problema me desaconsejó esos aceites caros e inútiles según el, ahora también según yo, y en lugar de los mismos me aconsejó lavarme los oídos con unas gotas de agua oxigenada diluida al 50% en agua destilada, lo usé y me funcionó, el otorrino del hospital ayer me dijo que eso no funciona, pero a mi me funcionó y confío más en el médico que me lo recomendó que en su criterio, bueno en el de él no confío nada ya.

Como con un sanitario, Javier, de Madrid y que mañana comienza el Camino partiendo desde Ponferrada, sordo como estoy no tarda en salir la cuestión y me dice que use el remedio que conozco y listo, sin más complicaciones. Me quedan gotas para unos días, las apuraré y mientras dejo que se acerque el día de cobro, que no ando ahora para ir comprando aguas de tantos tipos y no se tampoco como llevarlas después para ir reponiendo en el cuentagotas. Bueno hoy no soy capaz de pensar bien en nada ni en encontrar soluciones a problemas que seguro no lo son o como mucho sencillos de resolver, estoy espeso, con la cabeza cargada y zumbando de los tapones. !Maldito otorrino¡


Van llegando los hospitaleros que mañana sustituyen a los que ahora hay. Ya son tres, el cuarto si es que lo hay llegará mañana que es cuando realmente comienzan su turno. De la biblioteca tomo una “Biblia del peregrino” que así se titula, no se en que se diferencia de las otras, se que en su tamaño y peso no, que la hace totalmente inadecuada para viajar con ella, y comienzo con sus introducciones, glosario, unos artículos que hay al comienzo de cada capítulo donde habla de la historia profana que coincide con cada período histórico bíblico y así comienzo por el Génesis que es siempre entretenido, si Dios no se cabrea y los mata a todos que sucede en más de una ocasión. En la biblioteca del albergue hay menos bullicio y con eso me cargo menos la cabeza, me retumba menos, la gente que la hay menos, también habla, si lo hace, en tono más bajo, por eso de ser una biblioteca, que lo tenemos bien asumido.
Martes 14.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Ponferrada IV. Que un médico se esté quejando ante un paciente del instrumental con el que piensa hacerle una cura o intervención, por pequeña que esta sea, no despierta mucha confianza, si después te produce dolor con su trabajo ya la poca que tenia se va al carajo. En el centro de salud me atienden poco y mal, tras mi insistencia logro que me pasen a enfermería y allí la que me tiene que retirar el tapón encuentra una escusa para no hacerlo y me remite de nuevo a la médico que me atendió, a todo esto son las 11 de la mañana y llevo allí desde las 8.


Recuerdo aquel primer viaje que hice a
Sedano, como un día feliz. Sol amable,
bruma ligera, brisa tibia, la bicicleta
rodando sola, sin manos, varga abajo,
un grato aroma a heno y boñiga seca
estimulándome. Me parece recordar
que cantaba a voz en cuello, con
mi mal oído proverbial,
fragmentos de zarzuela sin
temor a ser escuchado por
nadie, sintiéndome dueño
del mundo”

                                                                                                           Mi querida bicicleta
                                                                                                          Miguel Delibes.

Al final la médico decide pasar el muerto al hospital comarcal y tema resuelto. Cita para las 15:00 que atiende el que se queja de sus medios de trabajo a las 17:00. Lo del dentista es otro tema. Simplemente no tienen dentista hasta el próximo martes y me dicen que lo intente en otro centro, ante mi pesada insistencia en recepción me dan un par de números de teléfono para que llame antes, sordo como ando y sin teléfono opto por plantarme allí que de paso me pilla de camino al hospital, esta lejos, es un centro de salud de otro barrio o población distante a 6 kilómetros y temo que si llego tarde me cueste lograr una cita para un tiempo razonable y tiro corriendo hacia allí. Explicar por que me encuentro allí me lleva un tiempo y vencer los resquemores entre centros que se pasan pacientes así por las buenas no resulta sencillo, el dentista sale en ese momento y gracias a eso escucha la conversación y tras su resistencia inicial me da cita para mañana a buena hora. Comprendo que mis asuntos no son de urgencia, pero carecemos de servicios para trashumantes y los de urgencia son los únicos que pueden suplir al que carece de domicilio como para esperar las citas que te dan para Dios sabe cuando.


Loco de orgullo y de alegría galopé en mi bicicleta hacia
mi escondrijo, tras la casa. Y allí en donde nadie podía
verme, bese el manillar... y en un susurro tan alto que
parecía un grito, salmodió: Bendito sea Dios Todopoderoso”

                                                                                                                 La bicicleta de Sumji
                                                                                                                Amos Oz.

En el camino entre concertar la cita para el dentista y el hospital entro en un supermercado  y compro algo para comer, rápido y caminando, ta regresaré en autobús.

Esta mañana salí rápido del albergue, no me despedí de una pareja de húngaros con los que ayer pase un rato, solo de pasada me tropiezo con una paisana que hace su segundo Camino, si con una hospitalera, la irlandesa a la que le explico a donde voy y creo que me entiende. Es a mi regreso cuando puedo hablar mejor con David y prorrogar un día más mi estancia, yendo armado con la cita del dentista a modo de justificación y no me ponen impedimento, al contrario, los que andan por aquí y ya conozco me preguntan por mi estado y en cierto modo me intento explicar, que los franceses y la canadiense poco entienden de mi idioma.

Hay que ir muy despacio para contemplar las montañas,
el campo, hasta las cabañas que hay, hasta las vías de
trenes. Hay que ir muy despacio para contemplar la vida
de la gente”

                                                                                                                  La bicicleta roja
                                                                                                                 Kim Dong-Hwa.


Tras inscribirme por cuarta vez en el albergue ya como con más tranquilidad y con el pan que compre de regreso, con apetito y cierto temor, ayer un bocado me provoco algo de dolor en la muela y solo queda un día para deshacerme de ella. El tiempo lo he pasado leyendo cada sílaba del periódico del sábado que aún conservo, nunca exprimí tanto un diario que de manoseado se ha vuelto blando y ahora parece un trapo. Las noticias de economía me aburren, las podría leer como literatura, sabiendo que son de ficción como se, pero los personajes que salen en ella me resultan despreciables casi siempre, carentes de personalidad y atractivo, como sus vidas y aspectos.

Cuando el día se vuelva oscuro,
cuando el trabajo parezca monótono,
cuando resulta dificil conservar la
esperanza, simplemente sube a una
bicicleta y date un paseo por la
carretera, sin pensar en nada más”

                                                                                                         Sir Arthur Conan Doyle.


Y el día no da para mucho más.... tengo un terrible dolor de cabeza que me ha dejado el que me trastearan en los oídos.

A los cincuenta años, hoy, tengo una
bicicleta
Muchos tienen un yate
y muchos más un automóvil
y hay muchos más que tienen ya un avión.
Pero yo
a mis 50 años justos, tengo solo una
bicicleta”

                                                                                                  Balada de la bicicleta con alas

                                                                                                 Rafael Alberti.