Viernes
24.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Burgos. Día de alegrías y
absurdos. Comencemos por lo que merece la pena ser recordado. Cuando
a medio día, antes de entrar al albergue abro mi mochila y saco una
bolsa. Horas antes, al despedirme con besos y abrazos de Marta en
Tardajos esta me pregunto si quería algo para comer, ante mi negativa
y su insistencia acepto un par de manzanas, las pone en una bolsa e
introduce en la mochila donde normalmente llevo los alimentos en vez
de en las alforjas. Regresamos a la hora de comer y abro la mochila,
en un banco de los que hay a los pies de la catedral y a su
alrededor, en la parte posterior y junto al albergue. Abro la bolsa y
… un bocadillo preparado con ese pan de aceite que tanto me gusta y
que ella sabe, una cerveza, un tomate con autoria de persona física
que no jurídica, como los que la gente del pueblo le lleva al
albergue para consumo de los peregrinos, exquisito, las dos manzanas
que negociamos y para terminar de matarme tres gominolas de frutas.
¿Como describo en que estado me dejó esto?, por lo pronto una gran
emoción y agradecimiento y sumar en el recuerdo que de ella conservo
un detalle más, no se limito su hospitalidad el tiempo que pasé en
su techo si no que la quiso extender, y lo logro, a una jornada más.
Grande Marta. Las gominolas las comparto con dos coreanas que esperan
la apertura del albergue. Que por cierto, empiezo a comprender el por
que de esa invasión surcoreana por estas latitudes. Un libro tiene
parte de culpa y del resto los créditos que en la universidad les
conceden a los que lo hacen. A su regreso muchos hablan bien de la
experiencia y sus amigos, familiares y demás les emulan haciendo que
en este momento sean una parte nada despreciable de las gentes que lo
recorren.
Las
gestiones para lograr mi cartilla sanitaria europea han caído en la
burocracia más absurda. Si hace unos años la obtuve sin mayor
complicación, tan pronto la pedí que fue en Castellón y en el
momento, ahora han decidido que te la envían a tu domicilio ¿que domicilio?, en el plazo de 10 días. Para cambiar de domicilio y
poner en su lugar una lista de correos visito otra planta del
edificio, otra cola y otro tiempo de dar explicaciones, me lo
cambian, cuando me hacen la solicitud el cambio no sale y vuelta a
comenzar. En este momento no saben ni ellos ni yo si tendré en Jaca
mi tarjeta esperándome o no. Otra alternativa que se les ocurre es
la solicitud de un certificado que por validez de dos meses se puede
expedir, sencillo, me dan los datos para hacerlo por mi mismo, solo
necesito tener un teléfono móvil. Que en este momento aún no me he
decidido a activar por el coste del mismo. De nuevo mas derechos que
al carecer de domicilio dejas de tener. Más servicios que por
carecer de móvil no puedes acceder, lo que se suponía que podría ser
una comodidad para muchos lo han convertido en un obstáculo para
aquellos que carecen de el, pasando de ser una opción a un requisito
para el disfrute de los mismos. Logramos de este modo excluir más si
cave a los ya excluidos.
Por
la tarde visito la catedral entrando a un culto, el único modo de
hacerlo sin pagar peaje y en este se celebran los 15 años de una
asociación familiar cristiana, con asistencia de autoridades, así lo
dice uno de los 9 sacerdotes que lo ofician, tendrán que explicarle
la diferencia entre poder y autoridad que si lo primero se te otorga
por diversos modos lo segundo te lo tienes que ganar tu y dudo que
esos señores disfruten de autoridad ante la gente por muy
conservadora que sea la sociedad burgalesa, que lo es.
Cosa
que me gusto de Burgos entre otras muchas es la cantidad de ciclistas
urbanos que se ven en sus calles en una ciudad que se presta
especialmente a ello por lo plana que es. Jóvenes y mayores sobre
todo tipo de monturas se mueven de un lado a otro, si por la mañana
me los crucé camino a la universidad por el día los veo ir a
trabajar o de compras y por la noche más de un grupo de amigos con
sus fixies saliendo a tomar unos vinos.
El
albergue es una monstruosidad para almacenar peregrinos en diversas
plantas, se descansa bien, pero no se presta a la interrelación
entre ellos ni de ellos con los hospitaleros que son voluntarios. Una
“cocina” carente de cocina no ayuda mucho, un simple microondas en un espacio sin menaje para 200 plazas, tan solo unos pocos hacemos
uso de esas instalaciones, no más de 6 personas para cenar y los
mismos en el desayuno.
El
“profesional del Camino”, el portugués que durmió anoche en mi
mismo albergue, salió esta mañana después de mi, a pie, pero eso no
es inconveniente para que nada más llegar a Burgos y detenerme
frente a su catedral, el ya estuviera allí, autobús supongo, que
dudo que nadie le parara haciendo auto stop. Se pasa el día en un
bar frente al albergue al que solo entra para ver que prendas puede
usar de las que los peregrinos dejan u olvidan, tomando vinos que
algunos peregrinos le van pagando a cambio de sus historias sobre
sus 14 caminos de Santiago realizados y cosas así.
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