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viernes, 17 de octubre de 2014

Miércoles 15.10.14 Invirtiendo el Camino Francés. Ponferrada V. Las expectativas que tenia puestas en estos días se han terminado de desvanecer. Regreso caminando bajo la lluvia desde el centro de salud de Cuatro Vientos hacia Ponferrada con el ánimo por los suelos en un día menos frió que los anteriores, si bien los que viven por aquí los veo con ropas de abrigo acostumbrados como están a este clima. Hoy llueve y las previsiones que ayer vi del tiempo dan lluvia también para mañana y pasado.

Los oídos los noto peor que antes de ir a que me los curaran, están dolidos y taponados, el izquierdo mucho más de lo que estaba. El dentista no me ha quitado la muela, dice que se puede recuperar por un lado, con un dinero que no tengo y por otro que si me la quita las piezas que tengo arriba sufrirán su falta con un deterioro que no me conviene, me convence y con eso me introduce en un estado que no se como afrontar, reunir el dinero para matar un nervio y solucionar un lugar donde poder hacerlo. Altera todos mis planes para los próximos meses introduciendo esta nueva cuestión con la que no contaba, pero los cambia no por otros planes, si no por un vacío de ellos, de ideas o de nada. Simplemente me siento desbordado, sin saber que hacer. Solo pienso en que al igual que en otras ocasiones el tiempo me ofrecerá posibles soluciones que ahora se me escapan, que no las veo. Eso en lo racional, que en lo emocional no me supone alivio y camino muy mal de ánimos de regreso al albergue donde dejé mis cosas.

Me ofrecen quedarme un día más y acepto, con la hora que es y la lluvia poco podría avanzar y carezco del empuje para enfrentarme a un día como el de hoy. Se que esto no será así mañana o pasado, en eso confío y en eso me apoyo procurando calmarme, pero en estos momentos es cuando más se acusa la soledad, el tener alguien a quien contar como te sientes y poder escuchar otros puntos de vista que los tuyos, viciados por tu desánimo. No se deben tomar decisiones ni en estado de euforia ni decaído, no son buenos, mejor esperar, me repito con unas recetas de más antibióticos en el bolsillo que me ha dado el dentista para el caso de una nueva infección. Lo del oído es otra cosa, en todos los días pasados, desde que comencé con el problema, no lo he tenido nunca tan mal como hoy. De hecho me he sacado yo por mi cuenta esta mañana más cera del tapón de la que me quito ayer el médico. Tenia hace años uno de cabecera que conocedor de mi problema me desaconsejó esos aceites caros e inútiles según el, ahora también según yo, y en lugar de los mismos me aconsejó lavarme los oídos con unas gotas de agua oxigenada diluida al 50% en agua destilada, lo usé y me funcionó, el otorrino del hospital ayer me dijo que eso no funciona, pero a mi me funcionó y confío más en el médico que me lo recomendó que en su criterio, bueno en el de él no confío nada ya.

Como con un sanitario, Javier, de Madrid y que mañana comienza el Camino partiendo desde Ponferrada, sordo como estoy no tarda en salir la cuestión y me dice que use el remedio que conozco y listo, sin más complicaciones. Me quedan gotas para unos días, las apuraré y mientras dejo que se acerque el día de cobro, que no ando ahora para ir comprando aguas de tantos tipos y no se tampoco como llevarlas después para ir reponiendo en el cuentagotas. Bueno hoy no soy capaz de pensar bien en nada ni en encontrar soluciones a problemas que seguro no lo son o como mucho sencillos de resolver, estoy espeso, con la cabeza cargada y zumbando de los tapones. !Maldito otorrino¡


Van llegando los hospitaleros que mañana sustituyen a los que ahora hay. Ya son tres, el cuarto si es que lo hay llegará mañana que es cuando realmente comienzan su turno. De la biblioteca tomo una “Biblia del peregrino” que así se titula, no se en que se diferencia de las otras, se que en su tamaño y peso no, que la hace totalmente inadecuada para viajar con ella, y comienzo con sus introducciones, glosario, unos artículos que hay al comienzo de cada capítulo donde habla de la historia profana que coincide con cada período histórico bíblico y así comienzo por el Génesis que es siempre entretenido, si Dios no se cabrea y los mata a todos que sucede en más de una ocasión. En la biblioteca del albergue hay menos bullicio y con eso me cargo menos la cabeza, me retumba menos, la gente que la hay menos, también habla, si lo hace, en tono más bajo, por eso de ser una biblioteca, que lo tenemos bien asumido.

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