Translate

viernes, 5 de junio de 2015

Lunes 01.06.15 Al cruzar Francia sentía la libertad de poder dormir casi en cualquier sitio, si pedía permiso o preguntaba me solían indicar donde poder hacerlo. Es un país acostumbrado a los cicloturistas y no todos son de hotel, camping y restaurante. En este mi tercer día por Hungría tengo idéntica sensación. No se como será el resto del país pero por la zona junto al Danubio es un constante ir y venir de ciclistas. Yo voy en bici y por lo tanto disfruto de esta situación para mi comodidad.

Me ha sorprendido ir a un banco, en Kalocsa, a cambiar moneda esta mañana y que me enviaran a una agencia de viajes donde lo he podido hacer. Veré en Budapest si las cosas aquí son así siempre, si cambian en los bancos o como está la cosa. Ya con moneda he visitado mi primer supermercado, comparado precios, repasar oferta disponible de productos y demás. Es de una cadena de tiendas que me he ido encontrando anteriormente por el país, por lo que la información me es especialmente útil. La excursión para hacer estas tareas me aleja unos 5 km de la Ruta que retomo de nuevo tras ellas, sigo sobrado de tiempo y es un modo válido para retrasar mi llegada a la capital. El día es bueno y la carretera cómoda.

Las cosas no están nada claras con que Marga pueda aparecer por aquí el sábado. La he visto, skype, en cama, con dolor y sin aspecto de mejorar. En caso de poder venir tengo serias dudas que pueda viajar en bici durante los 10 días que teníamos previstos. Mañana, tan pronto pueda, volveré a ver en que estado se encuentra.

Comí en paradas, varias veces y pocas cantidades, lo prefiero, pero la cena ha sido opípara, como hacía tiempo que no me la permitía, quedo casi saciado. He de ponerme freno pues podría seguir comiendo y comiendo por encima de mis necesidades y posibilidades.

Tan pronto me detengo en una especie de aula al aire libre junto al río, pero techada, con la intención de hacer noche, me apresuro a sacar la loción antimosquitos y aplicarla con esmero. Se tiran como locos y por mucho que me de prisa siempre termino con media docena de picaduras. El problema es que la sigo guardando en mi bolsa de aseo, donde paso el invierno y ahora necesita un nuevo lugar para tenerla siempre más a mano, muy a mano, y ponérmela en un instante, tan pronto me detenga.


Me visita el guarda del parque natural, no me pone objeción a hacer noche aquí, tan solo me advierte, como si no lo supiera ya, que los mosquitos me darán guerra. Paseando cerca de mi dormitorio veo zonas inundadas, esos manglares, a escasos 100 metros. El agua cubierta de insectos. Los escucho, com a las ranas, las serpientes no las oigo, pero se que están ahí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario