Miércoles
01.04.15 Zona de la universidad de Tekirdag. Desperté a las 6:30 como
vengo haciendo desde el cambio de hora. De muy buen humor ante la
idea de ver de nuevo el mar. Cuando veo entrar el sol por las altas
ventanas he de contener mi entusiasmo.
Comienzo
el día desayunando en una especie de cantina de pueblo. Un café con
leche en condiciones y dos bollos por algo menos de un euro. Esto
empieza bien. Unos 10 kilómetros más adelante me detengo ante lo
que me parecía un café y resulta ser una carnicería, da igual, termino tomando el te con el carnicero.
Ayer
comí fast foot en una cafetería por 2 € y me muero de ganas y
curiosidad por probar otros tipos de comidas y precios. Veo un
restaurante en un polígono industrial donde se mezclan operarios con
gente trajeada y creo que puede ser una buena opción. Por poco más
de 3 € me sirven una crema de “noseque” que esta caliente y
buena, no le añado picante en contra de la costumbre local, un arroz
“nideadequelleva” que se deja comer, una pechuga de pollo
empanada con tomate y pimiento crudo, postre, agua y el te que me
sirven en la terraza donde lo toman los clientes conversando y
fumando. Decididamente y tras visitar hoy mi tercer supermercado, me
trae cuenta alternar comidas fuera y cenas preparadas por mi. Compro
leche, galletas y cosas así para tomar entre horas o antes de
acostarme.
En
un cruce con la autovía de Estambul con la universidad paso la tarde,
tomando el sol arremangado, charlando con los taxistas que me dan mis
primeras lecciones de turco y cuyo presidente local me permite usar
el tejado y los bancos que tienen junto a su caseta, como dormitorio.
Otra noche solucionada.
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