Sábado
14.03.15 Edessa. Lo de los bares en Grecia me va a resultar
complicado. Por un lado no se si aquí se estila eso de los bares de
carretera, me temo que no, ayer no los vi y hoy he rodado unos 40 km
o algo más sin ver ninguno. Los he de buscar en las poblaciones y
con todo no hay demasiados. Hablo de la zona del país que estoy
conociendo, del resto no tengo ni idea.
Mi
otro problema con ellos es lo que me sucede en el interior. Recién levantado me acerco a la gasolinera a agradecer la hospitalidad,
estará el socio de quien me la ofreció y estando la misma algo
separada del pueblo, y en dirección contraria a donde me dirijo más
una hora muy temprana, le interrogo al mismo por un bar donde tomar
café. Directamente me prepara uno y me lo ofrece, eso si, a uno de
los gustos que se estilan aquí que son turco o frappé. Será de
estos últimos, bien frío.
Sus
efectos “medicinales” me ponen las pilas para comenzar a rodar,
pero noto falta de algo caliente. Y quiero calentar así mismo mis
heladas manos.
Cuando
llego a un desvío tengo la carretera que me lleva a Thessloniki por
Edessa a mi izquierda y la que yo creía algo más larga, que no lo
es, pero con menos montañas a mi derecha. Ayer el dueño de la
gasolinera me recomendó la de Edessa, pero... el desvió de la
derecha me parece más interesante y próximo a una población,
Filotas, y quiero algo caliente. Por otro lado no hay que olvidar que
salgo de Altea en dirección a Estambul tomando un “atajo” por
Gibraltar, Lisboa y Finisterre. Tiempo tengo de sobra.
En
Filotas encuentro mi bar, Petit Café, pido un turco con leche,
grande, y me sirven una jarra de un tercio de litro, fantástico.
Sábado por la mañana y el lugar muy animado, la camarera de rubio
platino, rostro muy pálido, con ondas y labios color fresa intenso,
su estilo muy en linea burlesque.
Con
una mesa cercana discuto el mejor camino y termina participando todo
el bar en que ruta es la que me conviene, por la belleza de sus
paisaje, por la dificultad de sus montañas o simplemente por que
pasa por el pueblo de uno de ellos. Les dejo decidir y me indican,
finalmente, que regrese al desvío y ruede en dirección a Edessa. Me
dejo aconsejar. A todo esto apareció la dueña del bar, más madura
que la empleada y decididamente gótica. Al ir a pagar me cuenta me
suelta en español: “en mi bar, los hombres como tu, no pagan”,
me deja de una pieza. Vivió cuatro años en Barcelona y cuando
traduce para el resto del local, este, estalla en sonoras carcajadas
y aplausos. Yo no se donde meterme, bueno si, me retiro al aseo.
Logro salir de allí sin tomar alcohol. Con esfuerzo pero lo logro.
Casi
al entrar en Edessa, una pequeña población me parece buen sitio
para hacer noche, mejor que en algo más grande y prefiero recorrer
Edessa mañana, con tiempo y haciendo tiempo, que en un rato y de
pasada hoy.
Unos
jóvenes hacen reparaciones y adecentan un local municipal, resulta
ser la sede de un grupo folclórico de baile, a uno de ellos interrogo
por un lugar para montar la tienda. Se miran, se consultan y me envían justo enfrente, a un jardín junto a la oficina de correos. Me
insisten en que no hay problemas en acampar allí, y allí acampo.
Ciertamente sin problemas.
Desde
una casa próxima, una señora me indica que apague el hornillo,
alarmado y temiendo molestar lo apago y me acerco tal y como ella me
indica. Finalmente la entiendo, me está diciendo que ella me trae de
cenar. Alucinante. Si ya por Italia no salia de mi asombro de sus
gentes, esto de Grecia no deja de sorprenderme por días.
Leo
con el sol que definitivamente termina por lucir en el cielo durante
un rato, que toda la mañana he tenido presencia de nubes. Los
jóvenes han rechazado mi ofrecimiento a prestarles algo de ayuda,
realmente son muchos y no todos andan ocupados, clavando tablones,
barriendo hojas secas en el patio o descargando unos royos de maya
metálica. Ne nuevo aparece la botella de ouzo y una invitación.
Esta vez es por la tarde y si la acepto.
A
pesar de mi negativa, mi “vecina” me trae unos sandwiches
calientes, un trozo de bizcocho y huevos duros. El resto de la tarde lo paso practicando mi ingles y el de tres niños del pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario