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domingo, 8 de febrero de 2015

Sábado 31.01.15 Trevi. Por suerte los cafés abren muy pronto, a las 6 ya encuentras algunos abiertos, pocos, muy pocos, incluso un poco antes. Y gracias a eso entro en uno de ellos pasadas las 6 mientras fuera nieva. Cuando me ven aparcar la bici en la puerta, la mitad de la parroquia me expresan su admiración, mucho "complimenti" pero la totalidad de la misma, estoy convencido de ello, dudan de mi estado mental. Con todo, el capuchino matutino me devuelve a la vida como tantos días y hago tiempo a que la luz sea suficiente como para rodar y que mis manos sean capaces de algún movimiento.

El camino de hoy será una sucesión de pueblos por el desfiladero que va desde Marmore hasta San Anatolia di Narco en donde un largo túnel, más de 4 kilómetros, me permite evitar el puerto que separa Terni de Espoleto. Esta garganta, al ir por el recorrido del rió, no tiene cuestas pronunciadas y se hace cómoda de recorrer. Solo la dureza del clima la hace insana. Los pueblos son una repetición unos de otros, colgados en una cornisa en las montañas o en la cresta de un monte, recorren la rivera que no llega a formar valle en ningún momento por su estrecho espacio. A ratos nieva.

Al llegar al túnel, se que al menos durante un rato descansaré del agua que el cielo me esta regalando, cansado ya de ella. No recorro ni la mitad del recorrido cuando un coche de un servicio de emergencias se pone a mi lado y me hace un aviso. Por el túnel, me informa,  no esta permitido que circulen bicicletas. Mientras vemos la mejor solución al problema, ya que estoy más o menos por la mitad del mismo, se detiene un coche de Carabineros que me dicen lo mismo, les digo que no hay señales a la entrada que avisen de esa prohibición y tras hablar entre ellos me ofrecen que el coche del servicio de emergencia, que es una furgoneta realmente, cargue mi bici y me saque de allí. Como expresar la sensación de poder calentar mis manos con la calefacción del vehículo.

Ya en el otro lado del túnel, Francesco, que así se llama el sanitario que lo conduce, me indica el camino a seguir, ya que la salida del túnel sin ser autopista, es una superestrada con el tránsito de bicis no permitido. Tras un par de poblaciones y tras visitar otro sitio Unesco, cruzo uno cada dos días de media, me planto en Trevi.

La subida son cuatro kilómetros de cuesta, pero lo peor no sera la subida. Arriba no veo lugar para dormir que me agrade y abajo, en Burgo de Trevi, si tengo localizado uno genial. Pero es que comienza a llover en serio, mucho, muy fuerte. Dispongo de poco tiempo de luz por lo que me decido a bajar sin esperar, pero la bici, así por las buenas, deja de frenarme, ambos frenos, en ambas ruedas. La bajada con esa lluvia intensa y haciendo malabarismos para que no acelere en exceso me supone llegar a Burgo de Trevi agotado y atacado de los nervios por la tensión, con mañana domingo imposible de encontrar taller y calado hasta la médula.

Por suerte dispongo de ropa seca y nada más llegar me desprendo de todo lo que tengo para ponérmela. Sin confiar en que la noche seque la que me he quitado, ahora se trata de entrar en calor y mañana veremos. Trevi no me ha gustado especialmente, pero ojo, ver lugares bajo el agua o la nieve, con frío, la noche encima, preocupado por donde dormir, no es el mejor modo de hacer turismo. Seguro que en un día luminoso y cálido, seco y bien comido, el lugar me puede resultar encantador.

La noche amenaza con ser dura, por lo menos el lugar de que dispongo tiene techo amplio y más de una pared, por lo que puedo elegir la esquina que mayor protección me ofrece y entro pronto en el saco con la esperanza de poder descansar unas horas antes de que el frío me despierte. Eso sucede entre las cuatro y media a las cinco y media casi cada día, a partir de esa hora permanezco en el saco pero ya sin dormir. De cualquier modo, al dormirme pronto, tengo en mi cuerpo horas suficientes de sueño y puedo permanecer en el saco hasta las 6 poco más o menos al resguardo del tiempo y a la espera de la hora de apertura de las benditas cafeterías.

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