Sábado
07.02.15 Roma. Peregrinación urbana. La Confraternita di San Jacobo
di Compostella, que me ha ofrecido, ya por segunda vez hospitalidad
en Roma, organiza, los primeros sábados de cada mes, una
peregrinación que recorre distintos lugares de la ciudad. Es en
parte religiosa en parte cultural y hoy asistirán más de 30
personas que se empiezan a agrupar en el patio del hospital sobre las
ocho y media de la mañana. Allí me encuentro finalmente con Nicola,
a quien tenia muchas ganas de saludar.
Decido
acompañarles y paso la mañana entre ellos, haciendo un cómodo
recorrido en el que solo salimos del Trastévere para una corta
visita a la Isola Tiberina.
Llevo
nueva credencial que me facilitan ellos mismos y un libro que compro
para Marga. Conozco sus necesidades de tener las cosas bajo control
por el rato en que la observé mirar la ruta del Danubio y se que el
conocer las etapas de la Francigena Meridional, los lugares por los
que transcurre, los perfiles y sitios de hospitalidad, le será
grato.
Llego
a su casa a la hora acordada y me la encuentro mucho peor de como la
dejé anoche, la voz le sale quebrada y débil, paso mala noche y hoy
el día en cama. Por cierto, anoche, regresar caminando hasta cerca
de las diez, sin guantes y sin tener los pies helados, supuso toda
una novedad tras estas semanas. Disfruté del paseo.
Tan
pronto le doy el libro se tira a el y comienza a planear la que
podría ser una semana de rodar juntos. Depende de que logre permiso
en el trabajo, cosa que me comunicará via correo durante la próxima
semana.
Me
pongo al día colgando post en el blog que tenia ya escritos, bien en
el procesador, bien en el cuaderno, y al corriente igualmente con los
correos atrasados.
Cena
de charla probando verduras locales que desconozco y tras un vistazo
a la prensa nacional on line me retiro a dormir.
Mañana
Marga tiene idea de salir con la bici o la moto de excursión, viendo
su estado dudo que una u otra cosa le sea posible.
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