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miércoles, 25 de febrero de 2015

Jueves, viernes y sábado 19, 20 y 21.02.15 Vacaciones en Puglia. Si ya vi como las flores comenzaron a despertar discretamente, ahora es una autentica explosión de color bajo un sol radiante y caluroso. Es definitivamente un parentesis primaveral en el sur. Por la presencia de Marguerita, por los campos que vamos cruzando que rebosan de color y durante las horas del día el sol que me da vida.

Primero por los caminos que nos llevaran a Brindisi junto al mar, después por un camino que busca Marga y que el sábado recorreremos atravesando los más hermosos campos de olivos que se puedan soñar, con unas construcciones antiguas y típicas de la región, trullis, de los que me enamoro al instante y sueño con poder habitar uno de ellos. Todo tapizado de hierba, campos cuidados con esmero, donde se amontonan los haces de ramas de las podas que están realizando.

No comenté cuando correspondía que ya probé el aceite de la región, así como su vino y su pan, todos deliciosos que tome con placer y que me fueron ofrecidos en el seminario de Troia.

A todo esto va Marga y se pone a cantar mientras va en bici. Y entre todas las canciones posibles le da por...

coge tu sombrero y pontelo
vamos a la playa calienta el sol

con su chirivirivi porompompon o chiribiribi poron pon pon, que sigo sin saber como se escribe la dichosa letra. Eso si, lo canta en italiano y yo no me dejo de asombrar ante las casualidades de la vida.

Marga llama por teléfono para ir asegurando los lugares de hospitalidad por adelantado, de modo que liberados de esa tarea o preocupación nos demoramos por el camino permitiéndonos incluso alguna pequeña siesta bajo el sol, tras las comidas ligeras que hacemos en el camino. Ya por las noches ponemos en marcha la cocina de alcohol y vamos probando de hacer algún plato sencillo.

En Brindisi dormiremos en la catedral, en una estancia a la que se accede desde el patio y donde, a falta de algo mejor, unas mesas nos hacen de cama durmiendo sobre ellas separados del suelo. Las noches son casi templadas y desayunamos donde mismo dormimos estos días si bien no perdono un café de máquina tan pronto puedo.

El sábado amenaza lluvia y nos falla un contacto donde pernoctar por problemas de actualización en la guía que ella porta. Con esto decidimos añadir otros 20 kilómetros más al plan inicial y dormir en Lecce. Con esto si el domingo llueve con intensidad no tendrá tampoco problemas para estar a tiempo en la estación y tomar su tren o tener que viajar las horas que la separa de Roma con sus prendas mojadas.

No dispone esta población de hospitalidad pobre pero si de un B&B con importantes descuentos para los portadores de la guía y lo usamos. Allí encontraremos una cocina en condiciones, mención aparte merece el hermoso techo abovedado, buena provisión de artículos para el desayuno, ducha caliente, la de la catedral lo era, incluso en exceso, pero en un aseo común con las otras estancias. Así mismo wifi, TV, etc.

Con el ordenador conectado vamos ultimando la ruta que pretendemos compartir por el Danubio en junio mientras localiza vuelos para ir y regresar a los distintos puntos. Demasiado bonito ¿no?. Seguramente nos dejamos llevar y soñar es gratis. El tiempo nos dirá si solo ha sido eso o finalmente en junio andamos rodando por allí.

No dejo de comer. Meriendo como si no fuera a cenar y ceno como si un rato antes no hubiera merendado, pero es que hoy me he sentido débil sobre la bici, falto de energía acompañado, de nuevo, por molestias en mi pierna derecha, piernas pesadas sin que pueda adivinar las causas. Tal vez algún tipo de astenia primaveral o simplemente la suma de las jornadas de la semana pasada que me pasan factura ante la falta de un o unos días de descanso, donde realicé cada día una cantidad algo superior de kilómetros a lo que acostumbro. Por que comer, como. Y cuido de tomar agua, tenga sed o no, así como voy haciendo los descansos cada cierta cantidad de kilómetros durante la ruta para recuperarme y hasta la fecha me van funcionando.

Cierto que Marga viaja más ligera de peso, no fuma y es deportista con lo que ahora que lo pienso me he ido, tal vez, forzando casi sin darme cuenta a rodar con desarrollos más rápidos de lo que acostumbro y esa puede ser la causa. Ciertamente cuando viajo solo, voy en ocasiones como si paseara en bici y no tardo en bajar y caminar con ella en la mano ante cualquier cuesta de cierta exigencia.



Marga se ha bajado el burka para comer unas flores



Preparando aperitivo mientras algo se cuece en el hornillo

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