Translate

miércoles, 25 de febrero de 2015



Jueves 12.02.15 Alife. A pesar de madrugar, como de costumbre, lo que me permitirá disponer del aseo a mi antojo mientras el resto de los “compañeros” duermen, he de esperar un buen rato ya que la puerta se abrirá tras el desayuno, que se demora hasta las 8:15 y aún más tarde me retrasa la charla que tengo con la hermana responsable de esta casa de caridad.

Con todo esto se me va al traste la idea que tenia de llegar hoy a Solopaca y me detengo, eso si, cansado, en Alife.

Tras recorrer la población y ver lo que ofrece de interés me dirijo al punto donde según mis notas puedo disponer de hospitalidad pobre. Quien me atiende habla de un modo que me cuesta entender, pero lo peor es que las indicaciones de hacia donde me he de dirigir son aún más confusas cuando me dice izquierda señalando a la derecha y viceversa y desorientado como esta el buen hombre que me indica una dirección hacia el cementerio justo donde este no se encuentra. Incluso me señala la puerta frente a el cuando la tiene a sus espaldas.

Con estas malas indicaciones y mis cargadas piernas voy lento hasta alcanzar una iglesia, en pie y en condiciones, pero normalmente en desuso y algo apartada del pueblo. Allí me encontrare, llegamos a la vez, con mi hospitalera, una voluntaria que mantiene en condiciones unas estancias a espaldas de la iglesia. Por el libro de registro veo que desde octubre ha estado sin visitas. Comprueba el estado del agua caliente y me deja una estufa de gas encendida. Por desgracia no queda gas en la cocina y por suerte dispongo de alcohol suficiente como para calentar medio paquete de espaguetis que me ceno con salsa de tomate y albahaca.

Apartado del pueblo y algo cansado desisto de regresar a el, ya vi lo que me interesaba que no fue mucho y la oficina de turismo tiene todo el aspecto de llevar cerrada meses y si bien no dispongo de plano, tengo en cambio unas notas del camino que pretendo recorrer mañana que he completado con la información que un par de ciclistas amablemente me facilitaron. Estos, me detuvieron para charlar y les interrogué, después la conversación se demoro ampliamente lo que me sumó un nuevo retraso a un día en que llegue a mi destino desacostumbradamente tarde.

En mis notas anteriores evitaba una carretera por que tenia información que no tenia permitido el uso por los ciclistas. Pero ellos que la conocen bien mi la recomiendan diciendo que si puedo usarla y que dispone de un cómodo y amplio arcén.


Vencido por el sueño, saciado por la copiosa cena y con el cuerpo caliente gracias a la ducha y la estufa, me retiro pronto a dormir. Anoche me costo mucho conciliar el sueño, perdí la costumbre adquirida por los albergues del Camino de dormir entre el rumor o los ronquidos de la gente y lo de anoche fue mucho más que rumor, entre toses de catarros mal curados, los consabidos ronquidos y al menos uno que hablo en sueños con voz bien alta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario