Domingo,
lunes y martes, 15, 16 y 17.02.15 Llaneando por la costa en dirección
a Bari. AL fin logré el domingo hablar con Marga y el miercoles
llegará a Bari, si bien quedamos en que el martes la llame por si surge algún tipo de complicación.
El
domingo lo pasé en Troia en lo que parece serán mis últimas subidas
de importancia en Italia, ya desde aquí me prometen que todo es
llano con algún repecho. De todo esto me informará Giuseppe a quien
conozco mientras espero inútilmente que abran el Hospital del
Camino, que así se llama el sitio, y donde supuestamente me puedo
alojar. Es un joven del pueblo que me adopta. Primero ante la cerrada
puerta me dirige a la policía local donde hace indagaciones de quien
tiene la llave para facilitarme el acceso, más tarde, cuando la policía tras un par de llamadas de teléfono nos comunican que el
hospital esta cerrado temporalmente ya que están reparando los aseos
del mismo, se empeña en llevarme a una orden con sede en la
población y donde conoce un fraile.
Mantienen
estos diversas congregaciones por puntos de África y América Latina
y a pesar de su presencia en España nunca había escuchado antes el
nombre de la misma. En la espera para hablar con la persona
responsable, me irá contando cosas de la historia de la región y la
población, que por lo visto es ultraconservadora y muy religiosa lo
que explica la gran cantidad de iglesias que se ven por todos lados
en densidad superior a lo que vi en otros lugares. Me imita, Giuseppe,
y con ello reímos un buen rato, los distintos dialectos y formas de hablar que se usan en el país y comprendo el por que de mi dificultad
de comprensión que vengo padeciendo estos días, eso al enseñarme
que en la Puglia hablan eliminando vocales, cuantas más, mejor.
Una
vez instalado en una de las habitaciones del seminario de la orden,
Franco, que así se llama el fraile que me atiende, por diminutivo de
Francesco, me invita a cenar con todos ellos y la sorpresa es más
grata aún cuando compartiendo la cena en la mesa estoy sentado entre
una comunidad que aprendieron español en sus congregaciones
americanas y cada cual a su modo y acento lo habla, desde el de
Granada donde estudio Franco al de Guido que habla un mexicano hasta
otro que me suena argentino.
A
la mañana siguiente, al salir tras volver a compartir con ellos el
desayuno, veré a Giuseppe en la puerta, esperándome, desde no se que
hora. Me abraza, me da consejos sobre los pueblo en donde resulta
peligroso perder de vista la bici y sobre las carreteras. Se le
saltan las lagrimas sin que adivine sus razones y parto antes de que
me contagie su emoción.
Seguí
sus recomendaciones que no en vano me las dio, pues resultan
acertadas todas ellas.
El
martes me sorprendo al ver las primeras señales de la primavera.
Primero alguna discreta flor a punto de abrir o apenas abierta.
Blancas o amarillas, donde el sol las calienta y donde me calienta a
mi mientras recorro campos de olivos principalmente.
Esto
me pone de un humor esplendido, esto y la proximidad a mi encuentro
con Marga. Me da por cantar y con el sol calentando mi cuerpo me
arranco con...
coge
tu sombrero y pontelo
vamos
a la playa calienta el sol
y
aquí comienzan mis dudas. Chirivirivi se escribe así o es con “b”,
chiribiribi. Y otra no menos importante. Porompompon si se escribe
junto sera así, pero si es con espacios serán enes en vez de emes,
¿no? Poron pon pon.
Con
esto llego a Bitonto, que desde que conocí el nombre no puedo dejar
de sonreírme cada vez que pienso en el. La población tiene su interés y la visitaré con agrado. La oficina de información forma
parte de un edificio histórico con muchos más usos en el casco
antiguo, dentro del recinto amurallado de la ciudad. La oficina esta
cerrada y pregunto a una especie de conserje quien al verme con un
cuaderno en la mano me lo pide y comienza a dibujar un reloj. Todo
intrigado le dejo hacer si bien la cosa tiene su guasa. Me preocupa
que al poner los números se confunde y en lugar del 9 pone el 8 con
lo que temo ya no le sirva el dibujo y pretenda comenzar de nuevo.
Todo eso para decirme la palabra “reloj”. Si el discurso que me
prepara es largo me puede dar allí la noche. Ahora me quiere dibujar
un foso, a pesar de que entendí no solo la palabra si no al lugar al
que se quiere referir ya que el pueblo tiene un solo foso, con o sin
reloj. Me deshago de el con amabilidad y tan pronto me separo dos
viejos que están muertos de risa viendo la escena me dicen que ando
buscando. Les cuento y me dicen a donde he de ir, claro y directo,
sin dibujos ni rodeos, y por quien he de preguntar.
Me ofrecerán hospitalidad en un local de scout de la localidad. Se queja
su responsable de la cantidad de robos que están padeciendo, un total
de siete llevan en poco tiempo, no se llevan apenas nada, pues nada
guardan allí, pero les hacen destrozos y se disculpa del estado en
que se encuentran sus instalaciones, con las puertas de los armarios
de la cocina desencajados y todo revuelto.
Finalmente
hago una última llamada a Marga quien me confirma que todo sigue
según lo previsto y mañana llegará a Bari a la hora.
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