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sábado, 24 de enero de 2015

Sábado 10.01.15 Ladispoli. Llego tras pasar por algunas poblaciones y con la compra de provisiones realizada. Hasta el lunes no necesitaré más que el pan. Como siempre que llego a una población costera, me dirijo al mar, y por allí busco abrigo. Hoy me sorprendo al encontrar tal oferta de sitios disponibles para pernoctar y dejo la decisión para tomarla cuando se ponga el sol y pueda verlos de nuevo baso ese prisma.

Los sitios que uso para dormir suelen estar codiciados en ocasiones, por jóvenes para montar sus encuentros clandestinos y cosas así, hoy es sábado. Ya me he llevado más de una sorpresa a la hora de dormir y el lugar ocupado o merodeado por rostros patibularios, que eso también sucede. O simplemente lo tiene pensado usar otro vagabundo.

Si bien el día comenzó con amenaza de lluvia, a media mañana se va despejando y luce el sol. Uso la tarde para lavar y medio secar algunas prendas. Tan pronto se pone el sol, es para mi junto a una hora antes del amanecer los momentos más fríos, comienzo a pasear. Por las mañanas es más sencillo, simplemente me levanto y meto en una cafetería si estoy cerca de una población, para el desayuno y el aseo, es normal verlas abiertas desde las 6:30 de la mañana. Asunto resuelto. Hoy he paseando por sus calles comerciales, tomadas al asalto por gentes que con las rebajas llenan sus tiendas.

Son agresivas las rebajas con un 50% en la mayor parte de las prendas de temporada y hasta un 70% en algún lugar. No necesito nada y con el poco dinero de que dispongo ando realizando un modesto ahorro para adquirir en Roma una chaqueta que aparte de impermeable sea realmente transpirable. La que llevo no lo es. Lleva unas cremalleras en las axilas y se supone que su capacidad de transpiración consiste en llevarlas bajadas, pero ni con esas. Si llevo la chaqueta para rodar termino empapado de sudor. Molestísimo. No dispongo de ducha a mi antojo. Allá por el año 92 creo, tenia un Lada, Niva, una más de las insensateces que he cometido en mi vida, palabra. Si bien fabricado en algún lugar de la URSS el manual de entretenimiento había sido traducido en Cuba. Un poema. Como solución para temperaturas altas en el habitáculo proponía bajar las ventanillas. Si no lo leo no caigo en ello. Pues con mi chaqueta sucede lo mismo. Si no quiero condensación he de llevar las cremalleras bajadas y aún así condensa por las mangas y la espalda.

Un último vistazo a mis posibles refugios me hace decidirme por la terraza de un lido cerrado y frente al mar, despaldas al paseo marítimo que por esa zona del pueblo no es muy frecuentado. El acceso del lido a la playa esta abierto y por allí entro al mismo. No he violentado ninguna valla o cancela, ni saltado muros para acceder a mis lugares para dormir. Si el acceso no esta abierto busco otro, simplemente y por principio. Son propiedades privadas y un simple cartel prohibiendo el paso es suficiente para que decida no acceder a ellos.

Ya acomodado y con los ojos cerrados para dormir, escucho pasos y voces. Es el guarda del lido. Un marinero de origen marroquí que vive, habita, mora, en una minúscula estancia del puerto, junto a este lido. Me dice que esta noche dormiré acompañado y me presenta a Ahmed, un compatriota suyo recién llegado a Italia, el espacio donde estoy es muy amplio y sobra sitio por lo que se acomoda en el otro extremo y alejado de mi. Le ofrezco leche y galletas, me da a entender que ya cenó pero que si tengo para fumar. Y fuma. Abre su cartera para mostrarme una polaroid con su familia, mujer preñada y dos hijos. Yo no llevo nada en mi cartera que pueda enseñar ni ganas de que el o quien sea vean siquiera que tengo cartera y donde la guardo.

Tras una imposible conversación por barreras idiomáticas se hace su hora de rezar. Un cartón le hace de alfombra y a falta de agua hace su lavado ritual en seco, sin ahorrarse ningún movimiento. Su rezo de estas horas es largo, con múltiples repeticiones de movimientos.

A las diez pasadas Ahmed ronca y yo me dispongo a acompañarle. El guarda dice que irá pasando un par de veces y velará nuestros sueños. Vive en Italia casi 6 años y antes  fue  albañil en España, mezcla ambos idiomas para hacerse entender y comprende mi español sin dificultad.



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