Miércoles
07.01.15 No se el nombre de la población a las afueras, por sus
lidos, en que me encuentro.
Mi
pasaporte sigue en manos de la policía en España y no esperan nueva
valija hasta el día 23 de enero, que serian repartidos el día 26.
Me quedo de una pieza ante el teléfono. Esto me obliga a alterar y
retrasar mi viaje hacia el Adriático casi tres semanas más y a
buscar por donde rodar y pasar esta cantidad de días.
Por
lo pronto me quedo clavado en el pueblo desde el que llamé, buscando
acomodo sin tener nada claro en que ocupar todos esos días y casi
obligado por mi cercanía a Roma a andar y desandar un trayecto que
sería por la costa no viéndome con ánimos de cruzar los Apeninos
dos veces ahora y una más de nuevo tras tener el pasaporte en mi
poder para dirigirme al este.
No
se la razón por la que esto me contraria, cuando realmente me
debería dar igual ir para un lado que para otro y en Italia me
encuentro bien. Supongo que mañana, una vez asuma y acepte este
retraso, veré las cosas de otro modo, con más optimismo, pero en
este momento me siento decaído por el retraso. A todo esto, garantías de tenerlo para esas fechas no tengo ninguna, si bien la funcionaria
que me atiende me anima a esperar que así sea. Las fechas de
navidades no me han sido nada propicias en ese aspecto, para la
gestión, y me toca pagarlo.
Por
otro lado, el pasar dos días en Roma, hospedado, me suponen ponerme
al día con lavadora y demás, que me viene haciendo mucha falta,
ahora toco posponerlo.
Desanimado,
paso el día dando vueltas, por darlas, sin dirigirme a ningún lugar
y sin avanzar, solo entrando y saliendo por las largas calles que
desde el centro del pueblo conducen a sus lidos, los paupérrimos
barrios que la circundan y matando el tiempo ante cualquier
escaparate, sea el comercio de lo que sea.
Como
el día aún puede terminar peor, comienza a llover y termino pasando
la noche en un lugar que si bien me ofrece protección ante esta, por
lo demás no me agrada lo más mínimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario