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viernes, 9 de enero de 2015

Jueves 01.01.15 Reserva Natural “Foce Voltuno”. Me acosté pronto anoche, con la vana esperanza de dormir. La música atronando y la afición pirotécnica napolitana me lo ponen francamente complicado. Las tracas se suceden toda la noche. Logro dar alguna cabezada en esas condiciones cuando pasadas las tres y media me despiertan. Uno que me trae un capuchino, el se termina de tomar uno y ha supuesto que a mi, durmiendo como estoy, me apetece tomar otro. Su estado es lamentable, el del generoso que me trae el desayuno a la cama, comienza bien el año así, con servicio de habitaciones incluido.

Desisto de intentarlo de nuevo pero continuo en el saco por estar caliente, leyendo. Un indigente que pasa por allí me dice si tengo algo para comer y le paso mis galletas.

Ya son las 6 y cansado de catre me decido a pasear por las zonas de fiesta, donde se ven los destrozos del personal y en el personal, para que contar.

Entro en una cafetería para mi diaria liturgia de capuchino y aseo y allí me pasan tres cosas. Necesitaría más candados y cadenas que un escapista si pretendiera asegurar la totalidad de cierres de mis bolsas y bártulos, más las cosas que andan fuera de ellos por diversas razones, sujetas con una maya sobre los bultos delanteros, por ejemplo. Un casco que me regaló un ciclista allá por la provincia de Granada y en agosto creo recordar, que a el le costo 10€ en el Lidl y desde entonces perdió la rueda de ajuste, la luz intermitente de su parte trasera, esta mugrienta su correa, que no se a quien se le ocurrió hacerla en color claro, el casco es blanco y el mismo no presenta un aspecto muy atractivo por su continuo uso. Y así conozco a mi tercera Tiziana de este viaje y de mi vida. Tiziana vive por la Galeria Umberto I, Vive y no deja vivir. Duerme por allí y no deja dormir a los vagabundos que pretenden hacer lo mismo por esa zona, y a que les roba lo que pueda, sea lo que sea. Cleptómana. Me cuenta el camarero que las cosas que quita las tira después, o las regala o a saber donde terminan y que un día tendrá un disgusto gordo por que los mendigos se la tienen jurada. El casco terminará en un contenedor o lo mismo sustituye a otro que está en peor estado que el que fué mio, a saber. No salgo mal parado tras un día en una ciudad y durmiendo en sus calles, tomada por el crimen organizado y sin organizar, si tan solo me dejo un casco atrás.

Sigo. La TV está encendida en un informativo, de Canal 5, y allí me veo en la pantalla y de perfil cuando ponen imágenes de la gala de Nochevieja. Y la más importante de las tres, el parte meteorológico habla de la borrasca que nos vino de Rusia y que el anticiclón que nos regala España va a desplazar hacia el Adriático desde hoy. Buen tiempo y temperaturas razonables. No mencione que ayer nevó sobre las seis de la tarde, poco, débil y sin fuerza, pero nevando en Nápoles.

Con eso emprendo mi regreso a Roma, lento para hacer tiempo a la llegada del pasaporte me demoro viendo detenidamente lugares por los que en el viaje de ida a Nápoles pasé de largo o dejé a un lado.

Cuando veo una reserva ornitológica me meto en ella, a la entrada de Castel Volturno, para visitar el helado humedal, las montañas nevadas al fondo, que ya unos kilómetros más atrás me ofrecieron una bonita estampa con una manada de búfalos hembras, aquí les llaman “búfalas” y las ordeñan para la mozzarella, pastando plácidamente frente a un pequeño lago. En la reserva, un fotógrafo, dos ornitólogos y un naturalista pasan su día de fiesta en una cabaña y convencen al guarda que finalmente me la cede para pasar la noche. Dormiré en un palafito sobre el humedal rodeado de limícolas y halcones.

Otro lago visité al salir de Nápoles hoy y casi olvido mencionarlo. El lago d´Averno y sus ruinas del templo de Apolo, si llega a tener un poco de techumbre por algún lado me quedo allí a pasar la noche.

Poco antes de las cinco me acuesto en mi catre a leer, sin dejar de soltar nubes de vapor por mi nariz y boca. Las ventanas carecen de cristales y solo dejo una abierta. No se me ocurre imagen más relajante para dormir que la vista del ocaso sobre el lago.



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