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viernes, 19 de diciembre de 2014

Lunes 15.12.14. Vía Francígena IV, San Gimignano. Decir que el dia amanece con lluvia no resulta original, es cansino tanta agua pero lo que me pone de peor humor es comenzar el día ya en esas condiciones. De cualquier modo lo voy llevando con calma a falta de mejor remedio. Lo de cada día, comprar el pan, agua llevo a tope mis reservas, y salir al primer punto del recorrido que me tengo marcado para hoy.

La lluvia juega y a ratos para y a ratos no. Así estara todo el día. Antes con el agua paraba de rodar, ahora según y como. Depende mucho de donde me pille, de donde tenga la próxima parada y sobre todo si veo posibilidad de pernoctar en un sitio, como lo tengo previsto hoy, donde me pueda duchar, secar la ropa en un radiador y cosas así. Las distancias a los puntos son más largas que si fuera por carretera en dirección a mi destino. Esto es así por que se trata de una ruta de peregrinación antigua y por entonces sucedían varias cosas, una que muchas poblaciones de ahora no existian, otra que lo mismo con puentes y túneles haciendo que pasos sencillos de ahora entonces fueran infranqueables y lo mismo sucede con muchos tramos de actuales carreteras que han requerido un movimiento de tierras por aquel entonces impensable. Mi desplazamiento de hoy que por autovia son menos de 30 kilómetros me lleva dando vueltas por pueblos y carreteras entre montes por cerca de 50. El premio es un paisaje que desde la otra carretera no se ve, el pasar por poblaciones que de otro modo no conocería y la tranquilidad de rodar por esas carreteras secundarias de epenas tránsito de vehículos.

A la entrada de San Gimignano me acerco a una estación de servicio a preguntar y sin necesidad de abrir la boca me indica un hombre que esta de charla con los gasolineros donde he de ir. Viejo peregrino me ha calado nada más verme. Me interroga y conoce Alicante, ha viajado por España y el Camino de Santiago lo ha realizado por la Vía Tolosana y por la de la Plata desde Sevilla. Me pregunta si me detengo en Roma, al decirle que continuo hasta Brindisi para ir a Grecia y Turquia me supone un peregrino a Jerusalen. Esto me resulta sorprendente, ya Simona me dijo que fuera para allí, o alguno más que he ido conociendo, a ver, ¿alguien ha mirado el mapa de la región? Antes de llegar, que igual ganas no me faltan, me han matado media docena de veces por lo menos. Dejemos aquí el tema.

Nada más llegar a la ciudad amurallada me dirijo al convento de San Agustín donde como y hago un poco de tiempo hasta la hora en que abren la iglesia, que es el modo más sencillo de hablar con ellos sin ir tocando timbres. Nada más abrir la iglesia hablo con un fraile que me dice que espere, y con gusto que espero visitando el lugar con la boca abierta como el provinciano que soy y sin disimulo. El convento es del siglo XIII, ayer mismo, pero esta levantado sobre algo que ya antes existió aquí pues en sus paredes hay restos de frescos que aun se pueden ver que corresponden al siglo IV. Desde esa fecha hasta la actualidad te puedes inflar a ver arte, pues no desprecian el contemporaneo como puedo ver en láminas que decoran los pasillos. Me acomodan en una celda del convento, y con una ventana desde la que se divisa, gracias a la altura de la población, media Toscana. Esta parte del convento ha sido parcialmente restaurada menos los aseos que esos son simplemente nuevos para mi fortuna. Prácticos, bonitos y pulcros. Ducha al canto.

Ya descansado salgo a dar un paseo por la población con la misma cara de tonto que antes vi la iglesia. Es pasear por una ciudad renacentista en estado puro. Talleres de artesanos y artistas, tiendas preciosas, fantásticas donde lo de menos es que venden en ellas, las logias, que decir de las dos logias que visito, ya las vi antes nada más entrar en la Toscana pero vacias, estas estan vivas, con gente usandolas para estar en ellas como en la plaza pero al abrigo de la lluvia, por que sigue lloviendo y mañana esta previsto que continue. Parece, eso sí, que para el miercoles tendremos buen tiempo. Lo que decia, lo interesante de un museo ornitológico que hay en el pueblo no son los pajaros, en dibujos o disecados, lo que importa sobre todo es que la colección Panciatichi es principios del siglo X.

Veo un plano de la ciudad del siglo XIV y el recinto intramuros apenas ha sufrido modificaciones. No se si la decoración navideña le resta encanto, o la lluvia, pero he de verlo en estas condiciones sin poder elegir y aún asi me encanta todo lo que veo.

Junto a mi celda hay un mirador con un sillón frente a una ventana grande. Se ve lo mismo que desde mi ventanuco pero a lo grande, que gozada y en la planta baja esta la biblioteca que me muero por poder verla. La puesta esta entreabierta, me asomo y solo logro ver unas mesas altas con banquetas a los lados y en las paredes vitrinas que guardan los libros. La oscuridad y los cristales me impiden ver el interior y no soy tan osado como para buscar un interruptor para iluminar la estancia, aquí soy gozo de hospitalidad y esta tiene muchos límites.

No comente, se me paso, que visite en Lucca una exposición de Giotto. No es que sea un pintor que me guste especialmente, todo sea dicho. De los pintores que veo aquí expuestos solo conozco a Filipino Lipi, hay muchos otros que me gustan más y que no conocia de antes. Paso por la casa natal de Santa Fina y con eso recuerdo que esta mañana pasé por la que dicen que fue de  Boccacio  en Certaldo de camino aquí, ojo que otros incluso dicen que nació en París, a saber. Si bien he disfrutado un disparate de muchas jornadas de mi viaje, las de Francia fueron más de la naturaleza, estos días mi principal fuente de gozo es cultural. Ando por una región donde un desconchón en la pintura de una tapia es arte y que incluso en el plano natural no deja insatisfecho a nadie que disfrute de los cipreses como es mi caso. Estos recortan la linea del cielo allí donde mires, o tapizan a franjas el paño de un muro, no hay camino en la Toscana sin sus hileras de cipreses a ambos lados.

Con la lluvia de mañana pretendo llegar a Siena. Miedo me da recorrer esas calles y lo que allí me pueda encontrar.

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