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viernes, 19 de diciembre de 2014

Domingo 14.12.14. Vía Francígena III, San Miniato. Despierto poco antes de las 6 y me preparo un desayuno caliente, leche con esos polvos de capuchino instantaneos que ahora si logro que se disuelvan y parte de la pasta que anoche dejé para tomar hoy. Apoyado en la ventana veo una ciudad que duerme, no así los voluntarios de esta organización que veo entrar y salir prestando servicio de ambulancia unos y repartiendo cosas a gente sin techo otros, para hacer mas llevadera la fría noche. Hoy tendré oportunidad de conocerlos un poco mejor, pero al no encontrar a nadie ocioso con quien me pueda entender me tengo que esperar. Me queda viaje por Italia y tendré a buen seguro nuevas oportunidades de estar con ellos.

Salgo por las calles mojadas de la ciudad y me cruzo con un grupo grande de gente que participa en una especie de cros popular, en la panaderia los madrugadores y los que por las prendas y los ojos notas que no durmieron y se detienen antes de ir a casa a comprar algo. Lo del pan aun no lo domino pero va mejorando un poco, ya voy encontrando cosas más decentes pero a un abismo de los que comí estos últimos meses.

A la hora de salir más o menos me cae el primer chaparrón, dura poco, pero lo justo para calarme al pillarme en sitios donde no logro encontrar techo, a mitad de carretera. Una hora más tarde sera el segundo del día y en identicas condiciones. Cortos pero intensos. Tan pronto veo salir un mortecino sol que apenas durara una hora en todo el día y ni eso, me quito la chaqueta para ir secando prendas. Contento con la camisa que “adquirí” ayer, abriga más que el forro que uso a diario y que hoy he cambiado por esta, se seca antes cuando mojo los brazos, cosa que sucede cada vez que voy rodando, ¿los brazos?, pues si, no se por que pero en ellos se me condensa la transpiración cuando ruedo sin que me lo logre explicar, pero así sucede.

Entro en San Miniato Basso, como en una zona ajardinada frente a la estación de tren y pregunto por la Confraternita Misericordia, que es la misma organización donde ayer me dieron hospitalidad y aquí disponen igualmente de 6 plazas según indica el listado de que dispongo. Sea como fuere la mujer que me atiende se explica de tal modo que entiendo que no es en Basso si no en San Miniato a sacas que es el municipio principal y que dista pocos kilómetros pero de una pendiente notable. Allí me subo, oficina de turismo en la plaza y pregunto por un plano. No hay planos de la Toscana que regalen, pero el chico que atiende aquello lo suple dandome una fotocopia de un plano de carreteras que tiene para esos menesteres y que a mi me hace igual papel que uno original. Contento. Pregunto por la Confraternita y me dice que esta en Basso, de donde salí hace un rato. Con cara de idiota me ha de ver cuando me indica que me dirija al convento de Franciscanos que si esta en el pueblo y le consta que dan hospitalidad en ocasiones, que no tengo nada que perder y para allí voy.

Mal día. Las pocas plazas las tienen ocupadas, no por peregrinos, si no por un grupo que andan de ejercicios espirituales o algo así. Me remite a la Confraternita y a regresar de nuevo al otro pueblo. No es dificil de encontrarles. El edificio que tienen es imponente para tan pequeña población y alli tienen montada hoy una fiesta navideña. Puestos de dulces, atracciones, mercadillo, y todo el pueblo alli reunido. Nada más verme se me acerca Mario, el responsable de la hospitalidad y uno de los que andan empujando en el tema de darle popularidad a la Vía Francígena, según puedo leer en un recorte de periódico que tiene en la pared. Me abre la puerta de una sala donde tienen 6 plazas en literas y aseo. Esta caliente y es confortable. Entonces me doy cuenta de dos cosas. Esta mañana debia dejar las llaves en recepción. Esta ha estado cerrada y solo abrio un momento cuando paró una ambulancia y como tenia todo ya en la bici baje corriendo para entregarles las llaves, con lo que me he dejado la leche olvidada en la cocina con las prisas y el plato donde tenia la pasta en el fregadero y sin fregar. Lamento mucho más esto último, pero ya no tiene solución, lo de la leche si la tiene y me pongo a resolverlo.

El recinto de la Confraternita es un hervidero de uniformes, los hay de bomberos, de sanitarios, de vigilantes forestales, de gente de las ambulancias, todos pertenecen a esta asociación y todos son voluntarios. Por disponer, tienen en esta población hasta un consultorio médico que no se en que condiciones prestan servicio. Le pregunto a una muchacha con uniforme de sanitaria donde puedo comprar leche por el pueblo, que se que es complicado al ser domingo y le explico que la que tenia con las prisas la olvidé esta mañana. Me dice que en pueblo hoy no la compro, pero que espere. Sale con un cartón que no me quiere cobrar, me dice que deje un donativo de lo que quiera en cualquiera de las huchas que hay repartidas en la fiesta. 2€. Tendre para merendar y el desayuno de mañana solucionado.

Paso la tarde con la animación de la fiesta, el pueblo no tiene mucho que ver, es en San Miniato y no aquí en San Miniato Basso donde hay restos de la población que se remontan al siglo IV antes de Cristo, cuando ya era un asentamiento etrusco. Pero esta en alto, ya he subido una vez hoy, mañana he subir la cuesta de nuevo y malditas las ganas que tengo de subir esta tarde para una visita más detenida del lugar.

Me pasa con los enchufes italianos una cosa curiosa. En teoría necesito un adaptador, pero en algunos de ellos, mi clavija llega a entrar lo suficiente como para poder cargar la bateria. No fue así en Sestri Levante, pero si en Pietrasanta, aquí no me funciona y me toca tirar de bateria un rato confiando en que más adelante pueda cargarla, ah, en San Remo si me funcionó, que cosas. No me decido a lavar ropa por miedo a que no se seque y entonces si que apesta de veras guardada sin secar, con esto igualmente confio en que en algún momento saldrá el sol del todo y podre lavar en condiciones. Ceno en la habitación y aun doy un último paseo cuando ya han terminado de retirar las cosas. Los socorristas y conductores de ambulancia juegan al futbolin mientras esperan, en la centralita alguien hace guardia y atiende el teléfono.

A diferencia de otros día hoy no tengo necesidad de irme a acostar tan pronto, me gustaría tener algo para leer, soy hay un Also Spnach Zaratrusta, en aleman, que tras hojear la primera página y solo entender una de las letras entre todas, “uber”, desisto de perder el tiempo con el. Me preparo el catre con sábana y manta y a dormir por no tener nada mejor que hacer.

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