Martes
04.11.14 Invirtiendo el Camino Tolosano. Jaca. Tras una noche de
lluvia el día sale con nubes pero sin esta por lo que me apresuro a
dirijirme a Jaca aprovechando ese respiro que el tiempo me concede.
Desayuno con los conquenses y salgo del albergue a la vez que ellos.
Se aprecia el descenso anunciado de temperatura y ruedo con más frío
que otros días.
Antes
de llegar a la ciudad paso por lo que ha de ser un campo de tiro del
ejercito y escucho disparos de artillería. Pronto veo unos vehículos
con cadenas que me cruzo por la carretera formando un convoy
precedido de otros todo terrero. Dentro de ellos puedo ver a los
soldados que llevan casco y uniformes miméticos.
Tan
pronto entro en Jaca a mi izquierda me recibe un Mercadona hacia el
que me lanzo para comprar las últimas provisiones que compraré en
España. Los clientes llegan muy abrigados, son gentes de aquí
habituados al frío y los veo cargados de chaquetas de plumas y
guantes lo que me consuela en parte al ver de este modo que el frío
que siento no es tan solo una apreciación personal. Una vez en la
población y tras pasar por correos me dirijo a una oficina de
turismo. Me informan de la ubicación del albergue, de horarios de
autobuses para Somport y me cuentan que desde anoche esta nevando en
el puerto. El viento que viene de esa dirección es el responsable
del frío que padecemos.
En
el albergue tomo algo caliente y entro en calor. Comenzó a llover un
par de horas antes de su apertura, pero un tejado en su entrada me ha
servido de refugio la última hora. Dentro la calefacción está
encendida y se disfruta de una agradable entancia. Con la hospitalera
pasaré de charla unas horas, pasando la tarde tan solo yo como
“cliente”. Una visita a la catedral, a la iglesia de Santiago y a
unas tiendas de deportes para ver sus ofertas, atestadas de madres
que el tiempo les ha sorprendido y equipan a sus pequeños con ropas
de abrigo. Aquí las prendas técnicas no son una opción, la gente
viste con ropas deportivas de abrigo así como con calzado de ese
mismo tipo. La cantidad de tiendas y su variedad y calidad de ropas
está justificado igualmente por su proximidad a las estaciones de
esquí. Compro un jersey por 8.95 € que tienen en liquidación y
que me pongo al instante.
Al
regresar al albergue me informa la hospitalera que no dormiré solo,
un aleman termina de inscribirse, subio a la habitación, se metio en
la cama y allí permanecio sin dar señales de vida en lo que resta
del día. Ha bajado desde Somport y esta medio congelado y agotado.
Para
cenar me preparo un vaso de leche con galletas, no tengo apetito pero
si ganas de tomar algo caliente y dulce. El albergue dispone de wifi
por lo que me pongo al día con correo y blog. Me facilitan la página
de previsión meteorológica francesa que la pongo en favoritos tras
consultarla. Parece que mañana tendré un respiro por la mañana que
puedo aprovechar para pasar el puerto y avanzar lo que pueda por
tierras galas. El valle de Aspe en la Gascuña.
Un
rato más de lectura y me retiro a un cálido dormitorio con
calefacción. Mañana no tengo la menor idea de donde podré pasar la
noche, tras semanas de dormir en albergues de peregrinos y sin
facilidad de comunicación para encontrar refugio. Siento cierta
inquietud al respecto pero por otro lado alivio de quitarme de encima
el costo de los albergues que tanto esfuerzo me han supuesto desde
que comencé a usarlos.
Llueve
a ratos y eso, me consta, es nieve en las montañas. Los termómetros
de la tarde indicaban 7º.
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