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martes, 18 de noviembre de 2014

Martes 04.11.14 Invirtiendo el Camino Tolosano. Jaca. Tras una noche de lluvia el día sale con nubes pero sin esta por lo que me apresuro a dirijirme a Jaca aprovechando ese respiro que el tiempo me concede. Desayuno con los conquenses y salgo del albergue a la vez que ellos. Se aprecia el descenso anunciado de temperatura y ruedo con más frío que otros días.

Antes de llegar a la ciudad paso por lo que ha de ser un campo de tiro del ejercito y escucho disparos de artillería. Pronto veo unos vehículos con cadenas que me cruzo por la carretera formando un convoy precedido de otros todo terrero. Dentro de ellos puedo ver a los soldados que llevan casco y uniformes miméticos.

Tan pronto entro en Jaca a mi izquierda me recibe un Mercadona hacia el que me lanzo para comprar las últimas provisiones que compraré en España. Los clientes llegan muy abrigados, son gentes de aquí habituados al frío y los veo cargados de chaquetas de plumas y guantes lo que me consuela en parte al ver de este modo que el frío que siento no es tan solo una apreciación personal. Una vez en la población y tras pasar por correos me dirijo a una oficina de turismo. Me informan de la ubicación del albergue, de horarios de autobuses para Somport y me cuentan que desde anoche esta nevando en el puerto. El viento que viene de esa dirección es el responsable del frío que padecemos.

En el albergue tomo algo caliente y entro en calor. Comenzó a llover un par de horas antes de su apertura, pero un tejado en su entrada me ha servido de refugio la última hora. Dentro la calefacción está encendida y se disfruta de una agradable entancia. Con la hospitalera pasaré de charla unas horas, pasando la tarde tan solo yo como “cliente”. Una visita a la catedral, a la iglesia de Santiago y a unas tiendas de deportes para ver sus ofertas, atestadas de madres que el tiempo les ha sorprendido y equipan a sus pequeños con ropas de abrigo. Aquí las prendas técnicas no son una opción, la gente viste con ropas deportivas de abrigo así como con calzado de ese mismo tipo. La cantidad de tiendas y su variedad y calidad de ropas está justificado igualmente por su proximidad a las estaciones de esquí. Compro un jersey por 8.95 € que tienen en liquidación y que me pongo al instante.

Al regresar al albergue me informa la hospitalera que no dormiré solo, un aleman termina de inscribirse, subio a la habitación, se metio en la cama y allí permanecio sin dar señales de vida en lo que resta del día. Ha bajado desde Somport y esta medio congelado y agotado.

Para cenar me preparo un vaso de leche con galletas, no tengo apetito pero si ganas de tomar algo caliente y dulce. El albergue dispone de wifi por lo que me pongo al día con correo y blog. Me facilitan la página de previsión meteorológica francesa que la pongo en favoritos tras consultarla. Parece que mañana tendré un respiro por la mañana que puedo aprovechar para pasar el puerto y avanzar lo que pueda por tierras galas. El valle de Aspe en la Gascuña.

Un rato más de lectura y me retiro a un cálido dormitorio con calefacción. Mañana no tengo la menor idea de donde podré pasar la noche, tras semanas de dormir en albergues de peregrinos y sin facilidad de comunicación para encontrar refugio. Siento cierta inquietud al respecto pero por otro lado alivio de quitarme de encima el costo de los albergues que tanto esfuerzo me han supuesto desde que comencé a usarlos.

Llueve a ratos y eso, me consta, es nieve en las montañas. Los termómetros de la tarde indicaban 7º.

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