Domingo
14.09.14 Jornadas lusitanas XX. Me he aburrido muchos domingos
durante estos meses, nada dramático, solo un poco, son días de
menos actividad de la gente y una de mis principales fuentes de
distracción es observarles, pero hoy no ha sido el caso. Tronó
durante la noche pero solo fue eso y el día amaneció cubierta de
nubarrones. Los cruasán aquí rara vez los ves consumir solos,
siempre con algo dentro, y es que nos más un pan algo soso con la
forma simulada que otra cosa, pero es lo primero que sacan en la
panadería y me como uno con el café y a rodar.
Los
pueblos se suceden uno tras otro, me detengo en uno donde se celebra
una feria de artesanía y gastronomía, poco como y menos compro,
sigo moviéndome sin gastar un céntimo tan pronto se detiene el
conato de lluvia que me pilla allí. Próximo ya a Porto salgo de la
general, antes de llegar a Gaia, siguiendo las recomendaciones de un
lugareño y de ese modo doy un rodeo pero disfruto de un recorrido
que primero me lleva junto al mar por las playas de Gaia y después
Duero arriba, por la rivera de Gaia pero viendo la de Oporto.
Precioso camino. La ciudad a la que llego por el segundo puente, que
el primero es de autopista, esta tremendamente animada por una media maratón que ha concentrado ha muchos corredores más el público que
recorre alegremente sus calles y rebosas sus terrazas y mercadillos.
Conocía la ciudad de antes, pero ni la había visto desde esa rivera ni con
este ambiente. Lo he disfrutado enormemente.
Encontrar
la salida me trae las complicaciones acostumbradas, en esta ocasión
lo tenia controlado, pero... lo que en mi plano es la nacional ahora
es una autopista, de modo que me toca dar rodeos, entrar y salir de
polígonos, subir puentes y mal señalizadas rotondas hasta lograr
encontrar la otra nacional, ahora si, que pasa junto al aeropuerto.
Llego
a Vila do Conde con tiempo sobrado para visitarla y me encuentro una
feria agrícola en donde paso un rato y ya por la costa comienzo a
buscar, como cada día, un tejado bajo el que meterme. Por la playa y
sin darme cuenta me meto en Póvoa de Varzin, que está pegada y veo
las primeras marcas del Camino de Santiago. Hasta la fecha solo había visto a una pareja de peregrinos, en bici, hace unos días de eso,
hoy en Oporto veo a cuatro más, estos a pie y hablo con uno de ellos
que me saluda.
Hoy
vi también los primeros hórreos, que por esta zona tienen forma de urnas, muy curiosos, poco antes de desviarme para Gaia.
Y
poco más por hoy, que he visto muchas cosas pero pocas que sepa
contar.
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