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martes, 16 de septiembre de 2014

Domingo 14.09.14 Jornadas lusitanas XX. Me he aburrido muchos domingos durante estos meses, nada dramático, solo un poco, son días de menos actividad de la gente y una de mis principales fuentes de distracción es observarles, pero hoy no ha sido el caso. Tronó durante la noche pero solo fue eso y el día amaneció cubierta de nubarrones. Los cruasán aquí rara vez los ves consumir solos, siempre con algo dentro, y es que nos más un pan algo soso con la forma simulada que otra cosa, pero es lo primero que sacan en la panadería y me como uno con el café y a rodar.

Los pueblos se suceden uno tras otro, me detengo en uno donde se celebra una feria de artesanía y gastronomía, poco como y menos compro, sigo moviéndome sin gastar un céntimo tan pronto se detiene el conato de lluvia que me pilla allí. Próximo ya a Porto salgo de la general, antes de llegar a Gaia, siguiendo las recomendaciones de un lugareño y de ese modo doy un rodeo pero disfruto de un recorrido que primero me lleva junto al mar por las playas de Gaia y después Duero arriba, por la rivera de Gaia pero viendo la de Oporto. Precioso camino. La ciudad a la que llego por el segundo puente, que el primero es de autopista, esta tremendamente animada por una media maratón que ha concentrado ha muchos corredores más el público que recorre alegremente sus calles y rebosas sus terrazas y mercadillos.

Conocía la ciudad de antes, pero ni la había visto desde esa rivera ni con este ambiente. Lo he disfrutado enormemente.

Encontrar la salida me trae las complicaciones acostumbradas, en esta ocasión lo tenia controlado, pero... lo que en mi plano es la nacional ahora es una autopista, de modo que me toca dar rodeos, entrar y salir de polígonos, subir puentes y mal señalizadas rotondas hasta lograr encontrar la otra nacional, ahora si, que pasa junto al aeropuerto.

Llego a Vila do Conde con tiempo sobrado para visitarla y me encuentro una feria agrícola en donde paso un rato y ya por la costa comienzo a buscar, como cada día, un tejado bajo el que meterme. Por la playa y sin darme cuenta me meto en Póvoa de Varzin, que está pegada y veo las primeras marcas del Camino de Santiago. Hasta la fecha solo había visto a una pareja de peregrinos, en bici, hace unos días de eso, hoy en Oporto veo a cuatro más, estos a pie y hablo con uno de ellos que me saluda.

Hoy vi también los primeros hórreos, que por esta zona tienen forma de urnas, muy curiosos, poco antes de desviarme para Gaia.

Y poco más por hoy, que he visto muchas cosas pero pocas que sepa contar.



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