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martes, 26 de agosto de 2014

Viernes 22.08.14 De Lepe a Isla Cristina. Pensando anoche antes de dormirme en ese sillín robado y lo fácil que los cierres rápidos lo ponen, comienzo a cuestionarme si una tuerca como cierran mis ruedas y tija de sillín no es con diferencia mejor opción que si bien es cierto que obligan a llevar una llave los hacen más complicados de sustraer. Así mismo miro y estudio el modo, si es que lo hay y soy capaz de encontrarlo, de modificar un poco la canasta, que llevo delante y tan buen servicio me presta, para que pueda colgar en ellas unas alforjas delanteras que con tiempo me tendré que agenciar. Tan solo he de encontrar el modo de bajar el punto de anclaje. De este modo no solo ahorraría el tener que comprar ese portabultos si no además mantener parcialmente la canasta y sobre la que tengo tan solo una objeción, el peso esta alto y eso perjudica y mucho a la dirección. Seguiré estudiando el tema.

El no disponer de dinero para todas estas cosas, en lugar de ser un problema, me ofrece la oportunidad de reflexionar y estudiar opciones en vez de lanzarme a soluciones que después demuestran no ser tan acertadas cuando no directamente erróneas. Una vez más, si los tiempos de espera se usan para pensar, este, el tiempo, juega a tu favor.

Hoy me he despertado a alguna distancia del pueblo de modo que mordisqueo un par de galletas con sorbos de agua y me pongo en marcha. Tras desayunar en Cartaya en condiciones y callejear un buen rato me topo con la biblioteca y atiendo el escaso correo, poca cosa, pero llega el fin de semana y tendré más complicado hacerlo, ¡como adoro los lunes! De Cartaya a Lepe hay un paso y allí compro para reponer provisiones y comer en un banco a la sombra frente al ayuntamiento, eso tras de recorrer la población y disfrutar de la actividad matinal que observo.

Las distancias son ya muy cortas y la ansiedad me empuja hacia Ayamonte para cruzar al vecino país, si bien he de esperar unos días, pero es que realmente tampoco me siento en ningún sitio de estos por los que estoy pasando especialmente tentado a pasar más tiempo ni estoy encontrando gente con la que distraerme como en otros lugares.

La Antilla, Islantilla e Isla Cristina, casi sin darme cuenta y sin apenas interés, disfruto de la vista de las playas de esta última con la marea baja viendo como la gente cosecha almejas.

Hoy el pinar que he visto para dormir es menos espeso que los de los pasados días, más expuesto y además se encuentra entre dos zonas de marisma lo que se deja sentir nada más llegar. Por mucho que me apresuro, y lo hago, para ponerme el repelente, mientras lo pongo en una pierna me da tiempo a matar a tres mosquitos antes de que me piquen y padecer las picaduras de otros tres.

Por lo demás día aburrido sin nada especial, que también tienen que haber días de estos.


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