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miércoles, 20 de agosto de 2014

Lunes 18.08.14 Lugares Colombinos. Entro en San Juan del puerto decidido a lograr un plano de la provincia de Huelva, hoy es laborable y tendrán que estar abiertas las oficinas de información turística, eso donde las haya que en San Juan no las hay. Me entero de lo de la lista de correos y como funciona con gran alegría de por mi parte y tan pronto dispongo de la información se la remito a Nina para que así me pueda enviar la bolsa, millones de gracias, Princesa. Lo siguiente es cita para las recetas que me la dan para mañana y ya con algunas cosas solucionadas comienzo mi recorrido por esta zona visitando la población de la que pronto marcho a Moguer.

Muchos sitios de interés y ya armado con un rudimentario plano de la provincia más otro de Moguer me pongo manos a la obra. Como en el muelle, en la marisma y un cartel en el inicio de una senda me resulta tentador después de un rato de descanso. Es la antigua senda que unía Moguer, Palos y La Rábida bordeando todo el lado oriental de la marisma y si bien comienza con un carril bici este termina pronto, el resto se supone que es para recorrer a pie pero aún así lo recorro. Algún tramo corto de arena, en otro punto se ha de cruzar un arroyo lo que te permite calarte los pies y muchas zonas se recorren por pasarelas de madera en diverso estado de deterioro, alguno notable que hace comprometido el cruzarlo aún desmontado por la falta de tablones en el suelo, si falta uno se cruza sin más, dos incluso, a partir de tres el tema se se empieza a complicar.

Al ir a frenar a la bajada de una de estas pasarelas me quedo sin freno de atrás, que unas horas más tarde y de nuevo en Moguer (ni en Palos ni en S. Juan hay tiendas o talleres de bicicletas) me lo tensan sin problemas, mi juego de Allen y mis alicates Leatherman ya no son míos.

Visito Palos y La Rábida si bien con cierta prisa por solucionar lo del freno por lo que regreso a Moguer y ya más tranquilo tras la reparación ceno antes de ir a San Juan de nuevo. Por lo demás un día sin mucha gracia. Mientras recorro Moguer leo párrafos de Platero y Yo. Ah, en la senda que mencioné tengo ocasión de cruzarme con muchos de sus parientes, mas mulas y caballos que bien en fincas bien sueltos por la marisma los hay en gran cantidad ofreciendo una bonita estampa. La brisa que sopla hace que el día no sea duro y por todo el recorrido, al fondo, puedo ver la capital.

Elijo para dormir un lugar cercano a San Juan, discreto y aparentemente seguro, techado.


Cuando me han tensado el cable del freno he visto a las hermanas de mi bici, solo que estas con librea roja en vez de azul pero iguales en lo demás salvo sillín y ruedas que Paco mejoró. Coinciden ambas comarcas, donde me dieron la mía y esta donde las veo en venta, en la existencia de una economía de importante presencia de invernaderos, aquí son de fresas, y de un núcleo de población inmigrante que trabaja en ellos y precisan de máquinas para sus desplazamientos que sean duras, con escaso mantenimiento y económicas de adquirir. Me dice el mecánico mientras revisa el otro freno que con esta bici duda que tenga algún problema, que siguen funcionando cuando otras infinitamente más caras y de delicado ajustes y mantenimientos ya están dando problemas, sean por las suspensiones delicadas, frenos de disco, sistemas hidráulicos varios, etc, que suponen ademas un desembolso alto de compra y la constante preocupación de su puesta a punto. Tras examinar además de los frenos, cambios, bielas y pedales le da el visto bueno a todo. Hablando de posibles mejoras, el particularmente tan solo metería mano a unos cambios sincronizados por comodidad y si acaso unos cierres rápidos para las ruedas, extremo en el que pienso desde el primer pinchazo y que me evitaría la compra de una llave para las tuercas. Tomo nota de ello.

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