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lunes, 28 de julio de 2014

Viernes 25.07.14 Roquetas de Mar. Paco ha tenido una sobrina, tomamos un café en un descanso, antes retiré mis cosas de la Policía Local y las deje en su taller, de ahí recojo la ropa sucia y me dirijo a Cruz Roja. Una ducha y lavadora, mientras salgo a Consum a comprar algunas provisiones y una pastilla de jabón de lavar, me venden un paquete de tres, dejo dos en Cruz Roja. Con la ropa húmeda ya que la secadora no les funciona como se espera de ella, regreso al taller de Paco, termino de acomodar las cosas y nos hacemos una foto al despedirnos.

Este es Paco, y gracias a el puedo seguir viajando

Podría gastar todos los adjetivos posibles y no por ello lograr expresar lo que ha supuesto este hombre  en mi crisis. Cuando te han quitado TODO se entiende que lo que el ha puesto a mi disposición es TODO cuanto ahora tengo, superando sus propias dificultades, con un ejercicio de generosidad sin el cual no puedo imaginar cual sería mi situación ahora. Pero el tema va más allá. En mi situación, el viaje es mi vida, el, al permitirme continuar el viaje, me esta permitiendo seguir viviendo del modo en que mi entender me indica que he de vivir. Mi eterna gratitud a este Buen Hombre, así, con mayúsculas.

Dice la literatura del género que el asesino regresa al lugar del crimen, siendo el crimen un asesinato se entiende que la víctima no vuelva ni a ese sitio ni a ningún otro por modo propio salvo instrucciones en sus últimas voluntades. No se las demás víctimas de otros delitos no homicidas como actuarán pero en mi caso es la de poner tierra por medio y dejar atrás el lugar donde fui expoliado.

Tomo rápidamente el camino de Almerimar, primeras sensaciones con la bici, otra forma de manejarla, otra posición del cuerpo, otros sonidos, clin-clack que aprender a usar para leer la información que me trasmita la máquina avisándome de si algo no está como debe, mas ligera, menos, mucho menos peso que unido a mis ansias por salir del lugar y al obligado reposo que he tenido me hace ir con rapidez por la carretera.

En Almerimar paso un par de horas, en un intento de secar la ropa que viaja húmeda conmigo, algo se seca. Quiero algo menos poblado para pasar la noche, además me siento fresco para rodar y pongo rumbo a El Ejido. Antes de entrar en la población que bordearé me detengo frente al hospital, allí descanso, conecto con la red wifi de McDonalds, decido pasar la noche en la puerta de una oficina de información turística, suelo de madera, techo, apartada de no alejada de un McAuto que permanece abierto 24h. Un gato bosteza y me lo contagia. Me despierto cada poco, sobresaltado, para mirar que todo sigue donde lo he puesto, a pesar de que prácticamente duermo o lo intento sobre todas mis cosas que están además candadas entre ellas.


Me viene a la memoria el primer relato de Los Viudos Negros, de Asimov, en donde el objeto robado no es tal, si no la paz, la tranquilidad, la confianza de la victima, Eso es lo primero que te sustraen cuando eres víctima de un robo y posiblemente lo mas difícil de reponer.  

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