Viernes
25.07.14 Roquetas de Mar. Paco ha tenido una sobrina, tomamos un café
en un descanso, antes retiré mis cosas de la Policía Local y las
deje en su taller, de ahí recojo la ropa sucia y me dirijo a Cruz
Roja. Una ducha y lavadora, mientras salgo a Consum a comprar algunas
provisiones y una pastilla de jabón de lavar, me venden un paquete
de tres, dejo dos en Cruz Roja. Con la ropa húmeda ya que la
secadora no les funciona como se espera de ella, regreso al taller de
Paco, termino de acomodar las cosas y nos hacemos una foto al
despedirnos.
Este es Paco, y gracias a el puedo seguir viajando |
Podría
gastar todos los adjetivos posibles y no por ello lograr expresar lo
que ha supuesto este hombre en mi crisis. Cuando te han
quitado TODO se entiende que lo que el ha puesto a mi disposición es
TODO cuanto ahora tengo, superando sus propias dificultades, con un
ejercicio de generosidad sin el cual no puedo imaginar cual sería mi
situación ahora. Pero el tema va más allá. En mi situación, el
viaje es mi vida, el, al permitirme continuar el viaje, me esta
permitiendo seguir viviendo del modo en que mi entender me indica que
he de vivir. Mi eterna gratitud a este Buen Hombre, así, con
mayúsculas.
Dice
la literatura del género que el asesino regresa al lugar del crimen,
siendo el crimen un asesinato se entiende que la víctima no vuelva
ni a ese sitio ni a ningún otro por modo propio salvo instrucciones
en sus últimas voluntades. No se las demás víctimas de otros
delitos no homicidas como actuarán pero en mi caso es la de poner
tierra por medio y dejar atrás el lugar donde fui expoliado.
Tomo
rápidamente el camino de Almerimar, primeras sensaciones con la
bici, otra forma de manejarla, otra posición del cuerpo, otros
sonidos, clin-clack que aprender a usar para leer la información que
me trasmita la máquina avisándome de si algo no está como debe,
mas ligera, menos, mucho menos peso que unido a mis ansias por salir
del lugar y al obligado reposo que he tenido me hace ir con rapidez
por la carretera.
En
Almerimar paso un par de horas, en un intento de secar la ropa que
viaja húmeda conmigo, algo se seca. Quiero algo menos poblado para
pasar la noche, además me siento fresco para rodar y pongo rumbo a
El Ejido. Antes de entrar en la población que bordearé me detengo
frente al hospital, allí descanso, conecto con la red wifi de
McDonalds, decido pasar la noche en la puerta de una oficina de
información turística, suelo de madera, techo, apartada de no
alejada de un McAuto que permanece abierto 24h. Un gato bosteza y me
lo contagia. Me despierto cada poco, sobresaltado, para mirar que todo
sigue donde lo he puesto, a pesar de que prácticamente duermo o lo intento sobre todas mis cosas que están además candadas entre
ellas.
Me
viene a la memoria el primer relato de Los Viudos Negros, de Asimov,
en donde el objeto robado no es tal, si no la paz, la tranquilidad,
la confianza de la victima, Eso es lo primero que te sustraen cuando
eres víctima de un robo y posiblemente lo mas difícil de reponer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario