Jueves
24.07.14 Roquetas de Mar. Hasta el momento no había ocultado mi
condición de vagabundo, hasta anoche. Dos niños en plaza donde
duermo me preguntan, mientras como pipas en un banco, sabiendo ya la
respuesta de antemano, la verdadera, y yo les miento. Cuando les digo
que viajo en bici me preguntan por ella, en vez de decirles la verdad
les vuelvo a mentir, les digo que esta en el taller, que la están ajustando, con una media verdad que no sirve de disculpa salto por
alto que no estoy aquí por un problema mecánico.
No
se aún si con esta mentira absurda les protejo a ellos de la
realidad de la vida o me protejo a mi. Los niños preguntan todo pero
no entienden todas las respuestas y tal vez me vi abrumado ante el
esfuerzo de hacerme entender que presentía no seria tarea fácil. El
caso es que por primera vez he mentido al respecto de que hoy y como
vivo ahora y no me siento bien por haberlo hecho.
Me
despierto con las primeras gotas de un amago de lluvia que queda en
nada, en segundos he puesto todo a cubierto para ver que ya se ha
detenido. Hoy no tengo nada que hacer ni puedo hacer nada, paso el
día en la biblioteca, dedicado a la lectura con un par de salidas en
el tiempo en que esta cierra, dos breves charlas con conocidos del
pueblo. Menos breve es la de la noche, con un policía local que se
nos alarga por espacio de hora y media.
Exceptuando
algunos tipos de desgracias o catástrofes en los que resulta
imposible adivinar nada positivo, el resto de las experiencias no son
así, se trata de hacer un ejercicio algo más amplio, una actitud
mental positiva, por un lado la parte de responsabilidad que tenemos
en esos hechos y aprender de ellos. Después ver las cosas buenas a
las que les dan entrada.
De
cualquier modo pude leer los indicios y no supe hacerlo. A toro pasao
los veo claros. Si en una población ves un amplísimo parque de
bicicletas, estas son paupérrimas y se les ponen candados, que valen
mas que las bicis que protegen, aunque sea para detenerse un instante,
las lecturas son dos y bien claras. Uno que aquí se roban bicis, y
dos, ante el desolador muestrario de máquinas la tuya es seguro
objeto de deseo ya que es mucho mejor que la media de lo que se
observa. Una población muy notable de subsaharianos se desplaza de
un lado a otro y desde sus lugares de descanso a los invernaderos en
bici, lo que supone un gran mercado para cualquier tipo de bicicleta.
Según me comenta Paco, ellos no las sustraen, pero si alimentan con
sus necesidades de transporte el que otros hagan del robo en seguro
negocio.
Otra
cosa que me comento y tuve tiempo de corroborar después, ponen el
piñón mas pequeño y así permanecerá por los siglos de los
siglos, haciendo completamente inútil el que la máquina tenga cambio
o no, que funcione este o no. Suben, bajan, arrancan o circulan
siempre y en todo lugar con el piñón más pequeño que tenga su
bicicleta.
Siguiendo
con las cosas “positivas” de este percance. He descansado unos
días, cosa que de otro modo no habría hecho y que ahora soy
consciente del grado de cansancio que tenia y de dolor en mis pies.
Tengo
mi tarjeta sanitaria para lo que he empleado dos días y en marcha no
la habría logrado.
Voy,
iré, más ligero. Llevaba peso de cosas que no necesitaré en meses
pero que desgastan físicamente cada día, cosas que iré reponiendo
si acaso más adelante y de las que de otro modo no me habría desprendido. Ahora con la experiencia que me da el camino reuniré un
equipo más ligero, menos amplio y más racional.
La
bici es tema aparte, veo complicado pero no imposible tener de nuevo
una montura tan adecuada como la perdida, así como alforjas,
llantas, etc de la calidad de las robadas, pero todo se andará.
He
tenido oportunidad de ser objeto de la generosidad de unas cuantas
personas, de vencer mi natural resistencia a pedir y a aceptar, todo
un ejercicio de humildad que siempre es positivo. A superar una
dificultad que siempre es positivo también, una de las muchas que me
deparan el viaje y ver que con calma, tiempo, llamando a las puertas
adecuadas, muchas cosas que parecen insalvables no lo son tanto.
Las
lecciones de la vida están ahí, tu decides si las aprovechas o no.
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