Viernes
29.05.15 Desde la mañana dejo de ver el río y rodaré en paralelo
pero alejado de el, ¡con lo bonito que es!
Al
contrario de los países que dejé atrás recientemente por aquí no
voy encontrando lugar para cambiar moneda con facilidad y no es hasta
llegar a Vokuvar cuando final y felizmente me puedo hacer con algo de
dinero, me moría por un café.
A
parte de la torre de agua, esa de los bombardeos, puedo ver a las
afueras alguna, poca, vivienda que presenta en su fachada señales
del conflicto y que no ha sido reparada y un blindado que a modo de
monumento exhiben por aquí.
Me
gusta Osijek, todo muy verde, muy amplio y al final veo un río, lo
cruzo, que no es el Danubio pero hacia el va. Me voy dirigiendo a la
frontera que cruzaré mañana. El Danubio se va desdibujando por la
zona, en amplias marismas que con las crecidas anuales, en
ocasiones, se acercan o alejan a Croacia o Serbia Teniendo ambas sus
límites territoriales en las riveras esto da como resultado islas o
pantanos que no termina de quedar claro de quien son y en ocasiones
ambos o ninguno se disputan. Pero estos territorios si tienen unos
legítimos propietarios que los habitan. Serpientes, ranas y todos
los mosquitos que imaginarte puedas. Unos sirven de alimento a los
otros y yo a los últimos de ellos. Monto la tienda apresuradamente
para refugiarme tras la mosquitera y pasaré la noche con el sonido
del zumbido más intenso que recuerdo y el croar de miles de ranas.
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