Martes
09.06.15 A 5 kilómetros pasado Komárno, junto al río. Tras meses
manejando hasta un total de 8 monedas diversas regreso con alegría
al euro.
Cambio
y logro buen cambio de moneda casi en la misma frontera, aliviado de deshacerme de los florines y con eso cruzo el puente para plantarme en
Eslovaquia. Si bien esto fue parte de Hungría hasta el final de la
primera guerra mundial y hay pueblos donde se sigue hablando húngaro el cambio es notable. Otra arquitectura, supermercados con un surtido
de artículos más variado y de algún modo siento como que es todo
más luminosos. Ojo que el paisaje húngaro me ha encantado, sin duda
más que el que me voy encontrando junto al río hoy. En cuanto a la
gente no noto diferencia, si es que la hay que seguro tiene que
haberla.
Junto
al río hay un dique y es sobre este por donde pasa la Ruta 6, en
ocasiones con un exceso de información del todo innecesaria para un
poco más adelante encontrarte con una total sequía de indicaciones,
suele ser en los lugares donde esta sería más necesaria, pero las
cosas son así, que le vamos a hacer. Por otro lado imposible
perderte en un camino que va paralelo al río. Si te extraviaras, poco
más adelante el camino sale a tu encuentro. Eso si, se puede llegar a hacer monótono por estas tierras, cuando un dique de 30, 40 o más
kilómetros no tiene otro atractivo que el notar como el río esta
más alto que las tierras que van a tu derecha y que sin el dique
todo eso estaría inundado y el río formaría unas marismas de gran
anchura.
Ya
por los precios, que si bien aquí no son altos, ya dejaron de ser
tan bajos como en Serbia y en parte por Hungría, pero también por que
en las tiendas tengo mucha más oferta de artículos, dejo definitivamente de tomar alguna comida en bares y similares y regreso
con alegría y ahorro a prepararme mis cosas de comer.
Al
ir acampar, pregunto y me indican con gestos las señales de las
crecidas del río, comprendo el riesgo de acercarme mucho al agua
pero desconozco como y cuando se producen esas crecidas. Tan pronto
monto la tienda, en apenas unos minutos el tiempo cambia de golpe.
Fuerte viento arrastra nubes cargadas, truenos y una tromba de agua
intensa. Al abrigo de la tienda voy mirando que esta gotea cuando la
lluvia comienza pero una vez el doble techo esta cubierto por una
lámina de agua, la pendiente del mismo, hace que el agua escurra
hacia el suelo sin entrar en la tienda.
Con
las malditas obsolescencias programadas, deberían ser ilegales y creo
que en Francia las van a sancionar, y con que el material de camping
se fabrica para un uso esporádico y no intensivo y continuo, tengo
que asumir que el material se me deteriora a mayor ritmo de lo que mi economía es capaz de asumir y sustituir. Pronto deberé plantearme
unos ahorros para cambiar mi tienda por otra y me aleja de mi deseado
nuevo catre, mucho más ligero y menos voluminoso que el sarcófago
con el que viajo.
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