Translate

domingo, 26 de abril de 2015

Martes 21.04.15 Entre Silivri y Çorlu. Tras las vacaciones toca ponerse al tajo. Y como no, tenia que ser con lluvia, si bien por primera vez desde que comencé a viajar, dispongo de gore-tex hasta en los empastes de las muelas y ruedo con una alegría tan solo empañada por el esfuerzo inicial. Tras dos semanas de no subir en la bici me siento bajo de forma y subo a pie en tierra las dos primeras cuestas del día. A lo largo de la jornada me voy notando mejor y puedo rodar con desarrollos más alegres.

Retorno así mismo a mi costumbre de beber en las comidas esta leche levente salada y agria que aquí se estila y que tanto me agrada. No he tenido ocasión de probar las variantes que se hacen, según me informo, con ajo o con menta, por no encontrarlas en mi camino. Dispongo de la receta y las intentaré hacer tan pronto disponga de la ocasión.

Anoche dormí en casa de Barkey a quien vi apenas unos minutos y ya medio dormido. Si pude charlar un rato con un entristecido Cem quien me cuenta de la reciente ruptura con su pareja, La casa, como de costumbre, llena de gente que se ha reunido para ver un partido de fútbol y que dejarán la estancia donde duermo llena del humo de sus cigarrillos. La pistola y los grilletes del primo de Barkey dejada en cualquier sitio, sobre una mesa, lo que no me termina de resultar cómodo.

Por la tarde, despeja el cielo y no tardo en encontrar unas ruinas de lo que parece fué un restaurante de carretera, para pasar la noche. Con temperaturas más templadas, mejor equipo y mi saco de dormir lavado, me las prometo felices y tengo ganas de que se ponga el sol y poder dormir un buen montón de horas, tras dos noches en las que he dormido por debajo de mis gustos.

Llevo en una nota, la lista de las poblaciones por las que he de pasar camino a Bulgaria, a falta de plano. Hoy me ha tocado rodar hasta Silivri, por donde pase hace un par de semanas, si bien desde allí, recorro nuevos lugares. Desde la colina donde pasaré la noche, me despido del mas de Mármara, sobre un hermoso paisaje de onduladas colinas donde se alterna el verde y amarillo, con el azul al fondo. Apenas árboles.

En Roma compré por 3 € un culote, de segunda mano, claro. Me viene algo grande. No, nada de algo, me viene realmente grande, pero agradezco la badana que durante tantos mese no he podido disfrutar. Es bueno y es cálido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario