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martes, 18 de noviembre de 2014

Sábado 08.11.14 Las Galias IV. Lourdes. A las cinco de la mañana me despierto helado. El saco se ha portado toda la noche, pero a esas horas la temperatura ha debido de bajar más o no se. Me pongo un jersey y con eso intento pasar unas horas más en el saco. Lo consigo y duermo algo más. A todo esto estoy durmiendo desde las siete de la tarde de ayer aproximadamente. Cuando finalmente me pongo en pie comienzan las carreras, quitarme prendas y ponerme otras que aún estan húmedas, mierda, a todo correr y con frío.

Frio es el café que me tomo, preparado con agua de lluvia, que para eso paso la taza ayer tarde y noche bajo esta. Corriendo monto los bartulos y salgo pitando. A buscar el primer pueblo con bar. No es el primero, pero dos kilómetros más y encuentro uno en una plaza con arces de hojas de un rojo hermoso. Incluso el dueño del bar me ofrece un papel para liar que los mios se terminaron ayer. Frente al bar, la panaderia y en ella pan y un croasan. En España les llamamos igual, pero ahi terminan los parecidos. En el nombre y la forma. Discursión con una panadera que no sabe sumar. Le cuesta, pero al final se da cuenta de su error, disculpas y listo. Varios pueblos mas adelante, tienda que anuncia tabacos, ¡que precios!, compro papel y cacahuetes, estos últimos a precio razonable.

Al entrar a Lourdes paso por la puerta del sitio que me indico Antonio en Oloron, me pilla de camino. Oh, cerrado, dice que hasta abril del 2015. Con esto y con lo del cambio de cura en el anterior pueblo me temo que la información de Antonio no anda muy actualizada. Eso no desmerece su interés y por suerte dispongo de dos direcciones más. Me dirijo a la segunda que me pilla de camino. La que me pasó Berdard que así se llama quien me la facilito en el convento de Sarrance.

Al llegar a la puerta observo dos cosas, una que es un hotel, la otra que parece cerrado. Llamo y me sale a abrir un chico joven. Se decir en frances que no hablo frances, y lo digo.
Da unas voces al interior y sale otro chico, magrevi que algo lo habla. Les empiezo a explicar como he logrado esa dirección y cuando nombro a Bernard me interrumpe. Que si lo conozco y donde lo he visto. Les doy la nota que me entrego, la leen y me hacen pasar. Con la bici. Esto es de la Orden de Malta y por lo visto el tal Bernard es un cargo de la misma en la region del Alto Pirineo. Me acomodan a cuerpo de rey. Dicen que soy amigo de Bernard y que estoy en mi casa. Les aclaro que solo he desayunado con el. Nada, Bernard es el jefe y vengo de su parte, les sobra.

Habitación individual, con baño. Cama con sábanas. Llave de la entrada.

Salgo a comprar provisiones, veo la media docena de huevos a 3 euros. Busco artículos con precios por debajo de los de España y solo encuentro un litro de leche por poco más de 50 céntimos. Sin marca, solo pone leche de Francia. Esta buena. Las sopas de sobre son prohibitivas asi como las comidas preparadas. Por los bares los precios no me parecen tan altos, son similares a los que he visto estas semanas pasadas, eso sí, no sabria decir sobre el tamaño de las raciones. Ni entre en los bares antes con intención de comer ni lo voy a hacer ahora.

Por la tarde viene por aquí un sacerdote y al rato un chico que busca a quien me abrio este medio día. Habla conmigo una mezcla de italiano, portugues y español aunque se le escapan palabras en ingles. Aún no se como nos entendemos. El resto de la fauna que habita este lugar lo forman un sacerdote, alto, apuesto, perfumado y enjoyado, viste un traje que de lejos anuncia la intervención de un sastre en su corte y confección, paño caro. Más tarde se pondrá sobre el mismo un abrigo de igual tela y color, trabajo del mismo sastre. Hay una muchacha, negra, bajita y de formas rotundas, no es gruesa aún pero su trasero es toda una promesa que en pocos años será capaz de hacer eclipses con el. Cocina para los demás, con forzada amabilidad y no pocas dosis de osquedad. Se la ve fastidiada por algo. A saber si es su carácter o simplemente esta teniendo un mal día.

El comedor lo presiden dos retratos. En uno se ve un hombre adusto, de uniforme rojo con chaqueta cruzada, todo entorchados y bordados en oro. Bocamangas de mariscal de campo como poco. Luce una Cruz de Malta en el pecho, sin inscripciones bajo el retrato. El otro lleva una especie de capa o túnica negra con una gran cruz blanca en el pecho cosida, bajo la imagen si puedo leer Principe y Gran Maestre. Muestra otro rostro severo, este mas monastico que el otro, que es decididamente militar.

Antes de retirarme al dormitorio con un antiinflamatorio, he cogido frio en la anterior noche y me molesta por primera vez en mucho tiempo la hernia discal, ando algo doblado y siento ligero dolor en los muslos al caminar, me dicen que si quiero puedo meter la bici en mi cuarto y cerrarlo con llave. La habitación esta en la planta baja. Me sorprende la advertencia, pero estamos en luna llena y hay licántropos, me consta ¿o son filántropos?, menudo lio. Obedezco. Mi sorpresa sera cuando al rededor de las 12:30 noto como alguien intenta girar el picaporte de la puerta, por dos veces. Al encontrarla cerreda desiste en su intento y vuelvo a dormir. Mañana, obviamente, no preguntaré por este hecho.

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