Viernes
26.09.14 Camino a Muxía. Con lo que ayer consulte en el plano y
preguntando a un taxista que está en donde tomo café, en el
albergue el desayuno fué aun mas extraño y penoso que la cena,
salgo para Muxía orientado y el camino se me hace corto y fresco, al
menos no fue húmeda la noche ni la mañana.
Ya
en Muxía se ven muy pocos peregrinos, la mayor parte lo deja en
Fisterre, pienso que en parte por que dispone de más y mejores
combinaciones para regresar a Santiago en autobús.
A
las 14:30, ya comido me dirijo de donde salen estos autobuses por si
lo toman las murcianas sin pasar por otro lado, ya que es la hora en
que calculo ellas llegarán a Muxía y lo mismo deciden no pasar
noche, eso suponiendo que aparezcan las dos, que una de ellas sonreía ayer con agonía y dispuesta a tirar la toalla. Y aparecen, pero no
para tomar el autobús, que lo tomarán mañana, con lo que vamos
juntos al albergue. Alegría de verlas.
Ya
disponiendo de albergue de albergue lo exprimo haciendo uso de su
ducha y seco lo poco que quedo de humedad en lo que ayer lavé. Y
visita a al santuario de A Virxe da Barca, en proceso de restauración
tras el incendio que sufrió a consecuencia de un rayo. Las chicas me invitaron a cenar una piña y yogures, que completo con unos plátanos de Madeira que ya los fui viendo por Portugal y me muero de
curiosidad de probarlos. Un rato de charla antes de ir a descansar y
apuro las comodidades del albergue quedándome un poco tarde con la
lectura, me resulta tedioso este libro de Agatha Chistie, pero el
otro de cuentos de Clarín ya lo termine con placer y dejé en el
Albergue de San Roque.
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